10 julio 2014

#sanfermín14/ el triunfo de fandiño y victoriano del río


Foto :: Jesús Camacho

Victoriano del Río lo volvió a hacer: de seis toros, cuatro fueron de triunfo, pero sólo Iván Fandiño resolvió la papelta y se fue por la puerta grande de Pamplona en una tarde en la que inteligencia y mente despejada fueron a la par, no dio un paso atrás, ni se salió de las vías del tren un milímetro y acabó por cuajar sus dos toros.

Seria e imponente por delante la corrida, el que menos tendría metro y medio de pitón a pitón. Ofrecieron embestidas encastadas a puñados. Con mejor o menos mejor estilo, pero con tranco y buscando la telas por abajo hasta el final. El primero se lesionó en el último tercio y quedó inédito, y el segundo fue el que puso problemas de más y raza de menos. Violentón cuando le querían ligar por la mano derecha, a izquierdas buscaba la huída. Al final fue en los terrenos del manso donde Fandiño le reunió dos tandas de mérito, adornó la faena con molinetes y a la segunda entrada cobró un espadazo siendo cogido y violentamente buscado en la arena. Un milagro. Dobló el toro y Fandiño con la cara rebozada en sangre del animal se levantó ileso. La oreja fue el premio a quien encontró las soluciones a las compliaciones, nunca dio un paso atrás y no resto un ápice de verdad en la suerte suprema.

Del buen quinto, premiado con la vuelta al ruedo, Fandiño cortó dos orejas. Faena a más, apretada, con series de notorio sometimiento a derechas. Para no poner ningún pero al doble trofeo faltó recrearse al natural. El toro tuvo pies, mucha intesidad en sus embestidas. El incio cambiado, el temple, el vuelo tras las telas. Cuando apretó Fandiño las tuercas en redondo, el toro llegó a pararse en la misma barriga. Manoletinas y otra estocada. Premio para el de Orduña compartido con el Victoriano, al que lució dejándolo venirse siempre en galope y enganchando la embestida muy por delante.

La corrida a partir del tercero se fue arriba y todos tuvieron posibilidades o más. Padilla con el cuarto no acabó de creérselo. Muy a la defensiva y veloz al natural por el buen pitón izquierdo. Por su parte Juan del Álamo perdió un trofeo por la espada en el sexto, otro gran toro con temple y viaje por encima de la media. En redondo fueron las cotas más altas a compás abierto. Con el tercero faltó continuidad y reunión. Y en ambos una espada más templada y una manera más pausada de hacer la suerte. Del Álamo antes de pasar ya se ha ido.

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