28 julio 2014

un dia de toros en el puerto es la autoridad de fandiño y la emoción de cuadri desde valència

Ya sabemos lo que es un día de toros en El Puerto de Santa María: que te lleguen las noticias de la casta brava y el toreo desde Valencia y emocionarte como si lo estuvieses viendo en la misma Plaza Real del Puerto, donde por cierto, acabamos comprobando como el viento de levante refrescaba buena cosa conforme iba cayendo la tarde

Amplio el ruedo, poca gente, caro el papel y cartel con una corrida del Cuvillo en la justeza de todo con Fandiño y dos más, Padilla y El Fandi, dos empleados del toreo. El equilibrio no existía. La diferencia, abismal. La reflexión, necesaria.

Además, el palco, torpón. Los Cuvis, se dejaron. Cortos de raza. A menos, se deshinchaban. Mantenerles el fino hilo de raza era el mérito y casi que la perfección y, además, la única manera para tratar de trascender.

La diferencia la marcó Iván Fandiño con dos faenas de tremendo agarre y verdad. El temple y la entrega. Los terrenos exactos y el espacio acotado de la faena por el toreo. Dos calcos dentro de las líneas imaginarias. La suavidad en el eje de la primera obra. En redondo, al natural con despaciosidad y cuando quedaba menor recorrido, a pies juntos y por mondeñinas. La estocada, defectuosa; el golpe de verduguillo, certero. La petición era para de premio. Así pareció que el nivel de era de seriedad. Pero no.

Solo fue que el presidente se había hecho el duro. Luego se torció con Padilla y El Fandi ante obras menores. El Ciclón toreaba al lado de casa. Su primera faena fue de lo más templado de su temporada con la que se ha tropezado éste que escribe. Relajada la figura y armonía en el toque y el trazo hasta que al bicho se le acabó el gas. Su segunda labor ya obró por lo popular. En el incio una mujer desde la barrera se arrancó al cante. La cursilada del cante se ha puesto de moda. Y esta vez no pudo ser más inoportuno: en el inicio de faena, con Padilla de rodillas, le tocó parar, y miró como diciendo, pero esta qué hace. Manejó los resortes de mejor efecto entre el (escaso) público y pinchó antes de la estocada. La oreja, intrascendente.

Por entonces llegaban las noticias de Valencia. La Tauromaquia auténtica y de todos se exhibia en toda su dimensión. Y me decía: Lo que te has perdido. Nos estamos dando abrazos de felicidad. Tenías que estar aquí. Esto no se paga con dinero. Un bou extraodinari, 'Trastero' 18. Dos orejas para Rafaellillo. Ovación al ganadero que está entre el público.

Enhorabuena a todos. La bravura que muere en la plaza, nace y vivirá por siempre en el campo. Esa es nuestra verdad. Y al final la Feria de Julio se rompió por la emoción, la verdad, la bravura, el toreo y la torería. Gocemos. Y luego reflexionemos que es lo que queremos compartir y preservar. El toro y el toreo nos han dejado una nueva lección.

(Sigamos con lo sucedido en la primera corrida de toros de la temporada 2014 en El Puerto de Santa María)

El Fandi hizo de nuevo exhibición de facultades y pegapaseó con decoro, de acá para allá. Tan fácil como hueco el toreo. Al castaño quinto algún buen muletazo le dejó. Tres o cuatro como mucho. El animal en sus primeras embestidas le tuvo un aire al Idílico de José Tomás en Barcelona. La oreja tuvo las propiedades del agua, pero no quitó la sed ni el fresco que hacía en El Puerto.

Y volvió Fandiño a marcar la diferencia en otra faena de dominio total. Tandas larguisimas de siete y ocho muletazos sin rectificar un milímetro. Trangando y consintiendo a una embestida que encontró el temple de la muleta siempre, y eso le incomodó. Los ayudados por abajo y una estocada. Oreja para premiar una tarde que, por entrega e intensidad a la hora de redondear dos toros así, de nivel medio-bajo, muy pocos son capaces de cuajar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo estaba en la plaza y creo que Fandiño estuvo mal, le tocó el mejor lote con diferencia y no le vió las distancias y los terrenos a los toros que eran de 4 orejas. Queremos integridad y cuando el presidente se pone en su sitio para darle categoria a la plaza le caen palos. La estocada de Fandiño fué un sartenazo caido, tendido y trasero y escupió la espada entera, la peticion fue muy escasa. Padilla y Fandi son lo que son no engañan a nadie...