Por la hora a la que se celebran vienen que ni pintadas para echar la siesta, que se coge rápida con ese vaivén que produce la sensación de navegar en alta mar. Es justo como una telenovela.
Eso, eso. Un culebrón. La clásica telenovela que llega de América Latina, esas que derrochan lujo a raudales en medio de tramas en las que el amor, el dinero y las grandes propiedades embelesan a cualquiera, a las clases populares que se quedan mirando, mientras un fino hilo de baba se les precipita por la comisura, lo que probablemente nunca alcanzarán, las correrías de Carlos Javier y Beatriz María. Lo mismo que ahora ver a un Grimaldi o a ciudadanos de Hollywood copa de champán en mano viendo los fórmulas uno del mar rodeados de yates y megayates. Esta Comunitat Valenciana de la America's Cup es que tiene esencia de culebrón.
No deja de ser eso, un culebrón de no ficción en el que la trama, la competición deportiva, poco importa al valenciano medio, ya no digo los que antes habitaban las chabolas y casas en derrumbe allí en el puerto de Valencia, en pleno meollo, a escasos metros de las bases de los equipos America’s Cup. Por eso en Valencia es noticia ahora todo eso, el lujo y el glamour. Un estricto mirar y no tocar. El mismo informativo de mediodía de la televisión autonómica de todos, RTVV, ésa endeudada hasta las trancas, hoy (30 de junio de 2007) en su macro-espacio dedicado al evento ha soltado un video sobre las viviendas de lujo.
AUGMENTA EL TURISME DE LUXE A LA COMUNITAT VALENCIANA
I ara voran el turisme de gamma més alta que tenim a la Comunitat. Mansions de luxe vora mar: vistes privilegiades, superfícies de grans dimensions i preus astronòmics. Unes construccions úniques tant per les seues característiques com per les ubicacions.
Rabiosa actualidad, oye. Grandes mansiones junto al mar sólo para privilegiados. La boca agua, el culebrón se sirve por episodios en la Comunitat Valenciana y se eleva a rango de noticia, donde el drama también esta servido y cuando corresponde sabe hacerse la víctima pidiendo agua o AVE. Lo mejor, que todos nos sentimos un poco actores, aunque secundarios o terciarios, la mar de felices. ¿O no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario