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28 julio 2007

a vueltas con jim morrison y su muerte

The Doors es una de las dos o tres bandas que más loco me vuelven. Jim Morrison, a la edad del rock, los 27 años, se convirtió en mito en la noche del 2 al 3 de julio de 1971, en París. Allí sigue, en el cementerio de Père-Lachaise, de visita obligada.

Yo lo hice. Era, ya lo dicen las guias turísticas, una obligación. Eran los primeros días de 2005. No tiré ni ninguna flor ni ningún cigarro.

Su muerte ha levantado todo tipo de habladurías. La más oficial dice que la diñó en la bañera del hotel, mientras su novia, Pamela Courson, dormía. De un infarto o una sobredosis de coca o de caballo, vete a saber. Lo cierto es que no hubo autopsia, y si la hubo no se puso en negro sobre blanco. Incluso, hay quien dice que Morrison vive apartado de todo en Marruecos.
Ahora, un nuevo libro sobre la vida del rockero, llamado The End y publicado en Francia, asegura que en realidad, Morrison murió de sobredosis de heroína en los baños del club parisino Rock and Roll Circus. El autor es Sam Bernett.

Pero de toda esta historia, lo único cierto es que dos de los componentes de la banda, Ray Manzarek y Robby Krieger, haciendo sus bolos, siguen explotando el mito de una de las más grandes bandas de rock de todos los tiempos: The Doors (1967-1971), que tuvo al frente a Jim Morrison, todo un mito, todo un icono. Un personaje.


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