Paso por casa para reordenar la maleta, a cuestas todo el mes de agosto, como la sarna con gusto. O la inopia se podía llamar también, porque uno se va a la playa y como que se le va el santo al cielo, aunque pongo la mano en el fuego: que yo he visto carteles que anunciaban la novillada de Moral, Pinar y Tendero en Valencia para el 11 de agosto (y no soy el único) a las siete de la tarde y no para el 10 a la misma hora, siendo la segunda la opción correcta. Que yo quería ir y por poco me planto en la plaza a que me diesen la novillada en exclusiva un día después si no es porque me avisan de casualidad. Resulta, que me abandoné en mi descanso y no quise saber nada más. Ni fui capaz de abrir la 6 toros 6 o el Aplausos, clásicos de las semanas playeras, por las guías de carteles para confirmar o, en este caso, desmentir mi creencia, que quién me la iba a discutir: nadie; estaba totalmente convencido.
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Como convencidos lo están (esto es un quiebro de estos que parte a cualquiera en dos) las bases y capitostes del PSN, ahora ya ex bases y ex capitostes. Era verano y Pepiño decidió no enredarse en vacaciones. La teoría es así de simple: de cara a las generales el brindis al sol realizado en Navarra puede reportar a los socialistas votos en otras Comunidades, pongamos por caso los casos perdidos de la madrileña y la valenciana, que en comparación puntuan más que Navarra.
La siguiente jugada, que UPN por mucho que gobierne, lo hace desde el alambre. Dejar hacer hasta que no puedan más podría ser otra teoría. Pero va a pesar más el desaguisado organizado, que cualquier otra teoría.
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Por cierto, que Rubén Pinar cortó una y una y demostró oficio y "zarpas" y que la novillada de Mª Carmen Camacho no tuvo fuerzas. También, que el post de César Jiménez iba en serio. Lo echo en falta en Bilbao, y no sé si más a Ferrera. Y sobre todo, a Tomás Sánchez, que veremos quién es el primero que apuesta por él.
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