Lo cuenta Betialai:
"Con el sexto, nº 40, Rabosito de nombre, a falta de un mes para cumplir seis años, padreando desde hace tres en la ganadería, se puede decir que se hinchó a torear y que además lo hizo francamente bien, sobre todo en la segunda fase de la faena. En el sitio, en la distancia, toreo de mano baja, enganchando delante, rematando atrás, nos recordó a ese Valverde que tantas esperanzas hizo concebir a los aficionados en su época de novillero. Cierto que el toro fue de bandera, pero no menos cierto que Javier lo entendió a la perfección,, sacó a relucir ese buen toreo que atesora y supo fundirse con la calidad del de Palha para llevar la emoción a los tendidos".
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