La última negociación con ETA acabó por fracasar por unos y otros, y por los que de alguna manera estaban empeñados en su fracaso.
Pasado el tiempo. Nueve meses ya, en entrevista cómoda por post vacacional en la edición de ayer de El País, a Zapatero le titulan así: "Si no hubiese intentado el proceso de paz, sería un presidente sin alma, sin entrañas".
Alma. Y entrañas. Una negociación, por la que de una u otra forma han pasado todos y cada uno de los presidentes del gobierno triunfantes en las urnas (y Carod Rovira), no sé qué es lo que necesita. Si basta con la voluntad o hacen falta, además, alma y entrañas. Hay quien la frase la ha tomado como un ataque personal: Rosa Díez, en su blog en Basta Ya, despojada por fin de cualquier atadura de partido tras haber aprovechado los coletazos del vacío estival, que realmente no sé como irá de alma y entrañas, pero que nunca ha sido presidente del gobierno (ni tampoco Carod Rovira).
Díez cita en una buena retahila al repartidor de almas, según el cual, entre otras, "quienes denunciamos que el proceso seguía adelante a pesar de no haberse verificado la voluntad de ETA de abandonar definitivamente la violencia, no tenemos alma".
Y su post, que copio y pego, concluye así de feroz: "Pero lo que supera cualquier espectativa es el hecho de que el Presidente llegue a deshumanizar a sus adversarios políticos con tal de avalar sus propios actos. Porque ahora que sabemos que el Presidente del Gobierno cree en la existencia del alma, sabemos también que él considera que una buena parte de sus conciudadanos son seres infrahumanos, seres sin alma, demonios.
Sr. Presidente, eso a lo que usted llama alma yo lo llamo oportunismo y falta de ambición de país. Qué quiere que le diga: que me alegro de no haber obtenido cupo en su reparto de almas. Eso que para usted es el alma no me interesa nada".
De ella, con alma o sin ella, lo único cierto y que por lo tanto se puede afirmar es que nunca ha sido presidente (ni tampoco Carod Rovira).
Lo bueno es que, afortunadamente, nunca lo será (Carod Rovira creo que tampoco). Ahora ya está en el lugar que le corresponde, mira que ha tardado, y espero que dentro de ocho meses los ciudadanos le otorguen en las urnas el papel para el que ella, y unos cuantos más de su calaña, han estado opositando desde hace mucho tiempo: cadáver político.
ResponderEliminar