Dice José Delgado "Pepe Hillo" en el capítulo primero de su Tauromaquia o Arte de Torear, que sirve para tantas cosas, aunque no sea más que viejo tratado:
"Todo profesor, ya sea de á caballo, ya de á pie, debe exâminar con la mayor atención los vicios, inclinaciones y resabios de los toros, entre los quales hay no pocos, que por hallarse dotados de un instinto superior al de los demás para su propia conservación, ó por haberse recelado en las diferentes corridas que ha sufrido, son muy difíciles de sortear y burlar..."
Y también, y a al hilo de las imágenes de los forçados: "Asimismo será muy conveniente que los toreros se profesen un amor recíproco y exênto de toda envidia, particularmente en el acto de sus exercicios, celando todos sobre la seguridad comun, y auxîliándose con la mayor eficacia en los lances que se expongan á peligrar."
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