"La dosis torista, que recetaron para la feria de julio, ha dejado a todos como unas castañuelas. Ayer Victorino cumplía el expediente, que ya es bastante, y esta tarde los de Cuadri han acabado con el cuadro diciendo "un toro bravo es esto", y acto seguido se lo demostraban. Servidor no lo dudaba, Cuadri triunfador.
Y además de bravos, encastados, serios, hondos y con un trapío de aquí te espero. Si la bravura es venirse arriba, eso es lo que han hecho los de Cuadri. Quizá en el peto no hayan lucido toda la fijeza que se les pueda exigir, pero después de un castigo fuerte han sido todos capaces de remontar en banderillas y llegar a la muleta con recorrido y nobleza. Y todo gracias a la casta, qué bendita sea.
Desde el primero hasta el último, todos sin excepción, además de derrochar aquello que se le exige a un toro bravo, han permitido triunfos rotundos. Pues con toros así hay que sudar la gota gorda, y si vales, vales, o sino para casa.
Y Raúl Blázquez vale. Ha estado impecable, y a lo mejor me quedo corto. Con un temple proverbial ha realizado dos faenas importantes a dos toros serios de verdad. Sin dudar nunca, echando siempre la pata adelante, y la muleta más, ligó series rotundas, de muletazos largos y bajos. Desde todas las distancias supo correr la mano, mejor la diestra que la zurda, y aprovechar las excelentes embestidas. Además estuvo rápido y efectivo con el acero y se llevó oreja y oreja, que le abrían
Ahora toca saber si vale el triunfo; Raúl Blázquez ya sabemos que vale.
Alberto Ramírez también estuvo a la altura, pese a pechar con el toro que sacó más complicaciones y con un cinqueño imponente. El de las complicaciones era el que hacía segundo en la tarde y nunca terminó de humillar y de vez en cuando pegaba una recalada a las lentejuelas. Pero su matador estuvo en el sitio exacto en el momento correcto. Al final el acero quedó bajo y Ramírez se conformó con la ovación.
El cinqueño fue el quinto y se llamaba Calderito. Un toro serio, más que ninguno, lo que hace la edad, hondo y bajo de agujas. Todo un tío bravo de verdad. La pena fue que estuvo mal lidiado. Calderito se arrancaba allá donde lo llamasen y a todos los pillaba despistados. Su pujanza en el peto hizo que fuese mal picado y se le dieron capotazos de sobra en la brega. Hasta que llegó un momento en que el toro mandaba en el albero aunque hubiese seis o siete toreros. En banderillas se arrancaba prestó y apretaba. Así en el primer par puso en un aprieto al banderillero, que perdió pie. Sin hacer caso a capotes, Calderito casi en el estribo tenía la presa, pero como un resorte saltó Víctor Manuel Blázquez, que de paisano estaba en el callejón, y arriesgando el tipo por la jeta dejó el detalle de torería de la tarde con un quite monumental.
La mala lidia hizo que llegase al último tercio aburrido. Le presentaban la muleta y la tomaba, incluso repetía humillado, pero sin celo al salir del muletazo porque el toro ya se sentía vencedor. Esto, quede claro, no resta importancia a la seriedad de la labor de Alberto Ramírez, que derrochó su buen hacer. Seguro y dispuesto, tiró siempre bien para aprovechar la largura de las embestidas, y después dejó la muleta en la cara enlazar con otro y otro. Efectivo con el estoque fue premiado con una oreja de un toro importante.
Pero aún hubo otro más importante que completó el lote de Rafael de Julia, que se estrenó en Valencia cortando tres orejas. Ahí queda eso.
Al primero, noble, le cortó una por demostrar que puede ser gente en esto. Sobre todo con la diestra, toreó con gusto y largura.
La prueba vino con el sexto. Se llamaba Aliño y lucía una presencia de 622 kilos de casta brava. Y es que si hay casta brava no hay toro que no embista. Y éste embistió incansable, por abajo y con prontitud, sin pensárselo. Desde las verónicas de saludo hasta los ayudados de despedida.
Hasta en banderillas, donde José Manuel Montoliu volvió a recrearse, con esa parsimonia que le corre por la sangre al citar, al clavar ceñido siempre, y al rematar la suerte. Pedazo de pares que clavó, sobre todo el segundo, que provocaron rotunda ovación obligándole a desmonterarse.
Dos PD: Que las fotos de aquella tarde fueron publicadas por Mundotoro y que Rafael de Julia todavía no ha vuelto a Valencia. Debut y despedida (por el momento) con un señor triunfo. Ya va para siete años.
Tuve la suerte de estar aquella tarde del 25 de julio de 2001 en valencia y aquello fue algo indescriptible,toro torero y aficion conjuntados. Eran 3 partes unidas en si con una obra sublime de mi torero predilecto Rafael de Julia que demostro como bien dices que puede mandar en esto, aunque le pongan trabas en todos lados como en Valencia donde no ha vuelto a torear.
ResponderEliminarun saludo