02 agosto 2008

mar el poder del mar



Era la hora de
Facto Delafé y Las Flores Azules. De lo sucedido a partir de entonces durante una hora es difícil de explicar. Las emociones se sucedieron y como ellos cantan, las almas temblaron. De entrega total. Comunión perfecta, el público se entregó a Marc, Óscar y Helena como ellos al público. Canciones preciosas de esas que alegran los corazones y dibujan sonrisas. Óscar es un torbellino y Helena todo lo que hace, canta o dice, al parecer, debe ser tremendamente bello, tremendamente dulce. Allí lució el sol y la felicidad se podía palpar. Esto no se para, esto no se para, esto no se para, y allí la emoción desbordó más de una lágrima. Seguro.

La belleza entre otras cosas debe ser el concierto de Factó Delafé en el Summercase de Barcelona, que debe ser lo mismo que tocar el cielo.

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