El accidente del avión MD-82 de Spanair el pasado 20 de agosto en las pistas del aeropuerto de Barajas que causó la muerte de 154 personas y dejó 18 heridos sigue llenando páginas. Las llenó la tragedia en sí, días después las muchas biografías del dolor, todavía la polémica investigación en la que todos quieren opinar y ahora faltaba ver el piño en sí. Hasta ahora no se habían visto más que meras recreaciones, bien imaginados infográficos, fotografías de los pedazos del avión, imágenes de hierbajos en llamas y el plato fuerte que fue la rueda de prensa de una de la supervivientes de la catástrofe aérea.
Al parecer era necesario ver cómo, realmente, el avión se estrellaba y estallaba. Se ha conseguido por fin, vía filtración en plena investigación de los motivos por los que se produjo el siniestro. Se supone que algunos periodistas habrán estado entretenidos en conseguir las dichosas imágenes. Se adelantó elpaís.com abriendo un nuevo hilo para la polémica que va desde la cadena de favores y llega hasta reclamar la dimisión la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Cabe preguntarse por los intereses de la fuente y los periodistas para llegar hasta aquí: en qué estarían pensando.
Por todo, no queda otra que pensar en los beneficios que ha deparado la filtración y es difícil apreciar más allá del morbo por el morbo, de la siempre molesta --porque el vídeo no ha venido a hacer otra que estorbar-- carnaza periodística. Porque informativamente el vídeo ni confirma ni desmiente nada más de lo ya sabido para el común de los mortales.
PD: Eso sí, hoy con el avión, la torera Davis y con eso de que ya es viernes, el Ibex ha pegado un estirón histórico como si de la crisis ni se acordarse.
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