02 septiembre 2008
sangre de agosto
Los aficionados a los toros estamos acostumbrados a que el mes de agosto acabe manchado con la sangre de varias cornadas -tabacos- fuertes. En Linares y Alacalá de Henares han caído Ángel Luis Prados, torero de plata en la cuadrilla de Cayetano (Rivera Ordóñez), y Luis Miguel Encabo sin perder pie, al ejecutar unas manoletinas, respectivamente.
Cuentan que fea fue la voltera de Prados, la voltereta y la caída. En cambio, la de Encabo es prácticamente inapreciable, el pitón apenas levanta sus pies de el suelo, entra y sale y por poco convierte la pierna izquierda en un surtidor a presión de combinado de glóbulos, plaquetas, hematocritos. Fue surtidor, pero no a presión como aquel que sí le hizo un toro a Pepe Luis Vargas en Sevilla.
Con estas cornadas y otras que se han ido produciendo durante el mes de agosto -el novillero mexicano El Payo sumó la cuarta de la temporada este mes- las escenas a la puerta de la enfermería se han ido repitiendo. El pueblo, en bermudas, se ha agolpado allí, entre la puerta y la ambulancia, para ver el dolor y fotografiarlo, y de paso compartir todo el calor. La imagen, casi un Rembrandt, captada por Carmen Moya a la salida de Ángel Luis Prados sedado y en camilla de la enfermería de la plaza de toros de Linares -Linares 61 años y un par de días después- es un clásico del mes de agosto como lo es también Georgie Dann sonando de fondo en cualquier chiringuito playero.
La imagen aparecida en Mundotoro.com es de Carmen Moya.
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