Seré breve. La corrida de Jandilla (los dos primeros) y Vegahermosa ha servido. Con cierto cuajo, sus defensas han sido más bien mínimas. Noble y muy medida en varas, pedía las cosas bien hechas y eran agradecidos. Como el quinto, con el que se puso El Juli y cortó, por una seria faena, la oreja que le abría la puerta grande tras antes haber realizado otra más fácil de idéntico premio.
Finito de Córdoba tiró líneas y nunca pisó el frente de batalla ante dos toros que tenían mucho que trabajar. Lo mismo que El Fandi, más precavido que nunca con su primero. La prueba fue el sablazo que le endiñó para acabar con él.
El sexto, de nombre Amargado, va para toro de la feria y bien mereció el premio póstumo de la vuelta de al ruedo. Toro de escándalo, pronto, con pies, bien hecho y el de más kilos de la corrida, pero nada ofensivo. El Fandi armó el taco en banderillas con cuatro pares. Luego trapeó de lo lindo y puso aquello boca abajo de soberbio espadazo. Dos orejas.
El drama de la tarde vino con la cogida de Álvaro Montes en el tercer par al segundo de la tarde. Se asomó al balcón, lo enganchó del pecho, luego del muslo, lo noqueó con un varetazo en la barbilla y ya en el suelo le metió el pitón. Quedó el cuerpo inerte y tendido boca abajo. Muy fea la cogida. Lo que es la fiesta, instantes después la faena de El Juli era musicada cuando muchos todavía estaban impresionados.
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