De rejones ando justo, lo siento. Aunque por los caballos tengo suficiente afición por directa reata familiar en l'horta y la pervivencia de sus esencias.
Por eso pasé un buen rato de miranda en el patio de caballos, mientras Manzanares lidiaba al tercero. En ese trajín de caballos, auténticos tops. Y los del arrastre todo fuerza y tan bien aparejados como marcan los cánones de aquí.
Y en esas, ya arrastrado el tercero, Sergio Galán, muy torero y académico toda la tarde, se puso a calentar al caballo de salida para el cuarto y el sol se asomó provocando este precioso contraluz.
Por lo demás, Leonardo Hernádez cortó una oreja a cada uno y salió por la Puerta Grande. Manzanares estuvo tan correcto como tierno. Y los murubes del Niño de la Capea ofrecieron nota alta. Cuarto y quinto no pararon de embestir y corretear tras las cabalgaduras.
Una idea que se me ocurrió es que, a falta de muleta que someta, no estaría demás medir los kilómetros que puede llegar a recorrer un toro en lidia para rejones. Creo que sería para flipar.
Bueno y con esto ha acabado una Feria de Julio histórica por la reaparición de José Tomás y por los dos llenos de hay billetes que se han registrado. Lo analizaremos. Y también ya se han fallado los premios de la Diputación y son vergonzosos. Por eso les dedicaremos otro post.
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