Las plazas de toros, las plazas de toros que lo son y no huelen a polideportivo municipal o suenan a nave industrial, siempre guardan el misterio que las hace especiales. Cada una el suyo. Conocerlas provoca ese cosquilleo; andarlas, observar sus rincones, túneles y puertas al misterio y llegar hasta su mismo corazón: el ruedo abrazado por los tendidos; es un placer del que disfrutan los aficionados de un forma especial.
Ayer por primera vez fuimos a La Utielana, la plaza de toros de Utiel. No es que antes no tuviera ocasiones, pero ayer, domingo, un poco de mono y una ganadería encastada provocaron la cita con el coso que cuenta ya con 153 años de historia.
La Utielana no se enseña por fuera, guarda el misterio y espera dentro. Lo primero, al fondo, ya el patio de cuadrillas.
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Patio de cuadrillas, de caballos y arrastre. El sol y la sombra. Al fondo el ruedo o la luz. |
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Mejor, signo de distinción, que el tiro de arrastre sea de caballos que de mulillas. Es una declaración de intenciones. Y tengo que confesar que no lo esperaba. |
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En el patio de todo, las puyas esperan. Al fondo, el azulejo histórico del primer centenario de La Utielana, que se celebró en 1958. |
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La puerta de los sustos utielana bien señalizada. Todos los misterios, dentro. |
Toros con motivo de las fiestas, de la Feria en honor a la Virgen del Remedio. Utiel en fiestas. La reina de las fiestas, sus damas y la banda de música al completo, primeros protagonistas.
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Y el alcalde, José Luis Ramírez. Buen aficionado. Durante un tiempo, ya hace, hicimos radio taurina juntos. |
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El de las bermudas anuncia la salida del primero de Fuente Ymbro. |
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Y aquí sale. |
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Para Tomás Sánchez. Fue el inicio de una tarde triunfal y con casta abundante |
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Damasco fue el tercero. Un toro de vuelta al ruedo porque entre otras cosas embestía como vemos abajo. Intenso y con el morro por el suelo. |
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Fue vuelta para el toro y dos y rabo para Pinar. |
El otro toro importante fue el cuarto, Tramposo su nombre, que según demostró nada tuvo que ver con su comportamiento. De aparatoso morrillo como vemos arriba y serio y ancho y bien apretado de carnes como vemos abajo.
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Así tomó el capote de Tomás Sánchez. |
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Todos en triunfo, mayoral y todo, y las damas de honor que quisieron inmortalizar el momento triunfal de una de esas tardes que hacen afición. |
A la salida de la plaza la sensación era de ganas de volver. A La Utielana, seguro.
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