Plaça de Bous d'Algemesí, 25 de septiembre de 2013. Quinto festejo de la Setmana de Bous. Novillada sin picadores. Erales de Javier Molina (1º y 4º) y El Parralejo (2º y 3º) enrazados, destacó por su nobleza y duración el tercero, premiado con la vuelta al ruedo. José Cabrera --procedente de la Escuela de Almería-- (oreja y oreja con dos vueltas ruedo) y Aitor Darío 'El Gallo' (oreja y dos orejas). Tres cuartos de entrada. [GALERÍA Y VÍDEO]
La Setmana Taurina d'Algemesí sigue su rumbo y llegado al ecuador es necesario remarcar el nivel de la presente edición: por público y por contenido artístico y ganadero. El quinto festejo de abono albergaba la segunda novillada sin caballos del ciclo de las tres que hay programadas bajo el título de Trofeo Naranja de Plata.
Nueva tarde de triunfo, de alegría en los chavales, de sonrisa final en los ganaderos, de futuro. En el cartel José Cabrera, que venía de Almería, y Aitor Darío 'El Gallo', de Cuenca, pero alumno de la Escuela Taurina de València y cuatro novillos --dos de cada-- de El Parralejo y Javier Molina. El corte artista lo puso Gallo, y se llevó tres orejas de mérito. Cabrera tiene aspecto de bruto, pero con el mejor de la tarde, se mostró despierto de mente y manejó con tempo y sentido las embestidas. Ese novillo de El Parralejo quedó templadísmo. Fue el eral más cuajado y al último tercio llegó con el temple ideal y la nobleza infinita para que Cabrera le pegara pases de todas las marcas. Dos tandas al natural, por limpias, destacaron. A ese aspecto de bruto le falta la enjundia. Pero la sonrisa y el disfrute de manejarse 40 o 50 embestidas en una feria como Algemesí ya nadie se lo quita.
Al novillo de El Parralejo lo premiaron con la vuelta al ruedo. Un oreja fue para Cabrera, le pidieron las dos y por eso se dio dos vueltas al ruedo. Se había sentido torero y eso nadie se lo iba a discutir. Que hay que afinar y afinarse debe ser objetivo primordial. Con la espada es todo corazón.
Una le cortó a su primer, un coloradito de Javier Molina de casta más desordenada, la propia de la edad y Cabrera cortó una orejita por voluntad, porque de temple y orden hubo bastante menos. Está claro que una y otra faena no valían lo mismo. Entre tanto, no perdonó ocasión: voluntarioso con las banderillas, lopecinas y el afán de querer y querer.
El pellizco y el encaje lo puso Aitor Darío 'El Gallo'. Mérito tuvo solventar sin perder la vertical ante el mansote segundo, de poca entrega y embestida a puñetazos. Andar con él, ponerse y tragar, aunque no se imprimise el mando necesario, ya tuvo su mérito. Conforme el eral fue ganando su querencia frente a chiqueros, más facilidad encontró Gallo, y aunque todo sucediese a media altura no le faltó mostrar su empaque. A ése, tras estocada habilidosa, le cortó una oreja.
El cuarto fue otro eral de nota, éste con el hierro de Javier Molina. Sin la profundidad del anterior. Pero con buen tranco y agradecido cuando la suavidad se imponía. El Gallo de Cuenca destacó al natural, siempre enganchándolo por delante, ofreciendo el medio pecho. Por el derecho pedía más mando y por ahí fue encunado. Destacó por el gusto y empaque y remató de contundente y fulminante estocada. Le concedieron las dos orejas a Aitor Darío, que se postula como firme candidato a levantar el trofeo de la primera edición de la Naranja de Plata
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comenta si te apetece