La temporada 2014 se cuece a fuego lento y en medio de un sepulcral silencio. Poco a poco, pero que muy poco a poco, los taurinos --aunque parezca que no-- aprenden algo. Y por eso, ahora callan. Hasta que se vuelvan a calentar, vaya, y vuelvan a pensar con los pies, que es lo normal. Pero ahora da gusto verles así: calladitos, casi sedados, incluso como si la dosis se les hubiera administrado por triplicado. Y trabajando, o agazapados, esperando el momento. Aunque siempre se podría hacer un poco más.
Así se cuece la temporada 2014 al sur de Los Pirineos, donde no es momento de volver a cometer errores. La batalla de Sevilla es ya la guerra fría de Sevilla. Francia es otro mundo: unos modos de hacer y de entender la Fiesta que aquí necesitarían tiempo mucho tiempo de reciclaje. La Magdalena 2014 puede ser el mejor ejemplo de lo que puede ser una solución, la del pan para hoy, hambre para mañana. En cambio, València, por categoría está en disposición de hacer la primera gran feria del año. Diría que casi está obligada a ello.
Cinco claves marcan este inicio de temporada.
- Silencio y tiempo. Como si los taurinos hubiesen tomado nota de la principal estrategia de Rajoy: callar y dejar pasar el tiempo. El ejercicio de paciencia tras la guerra desatada en Sevilla es de admirar. La verdad es que no vale la pena. Cada movimiento se hace con sigilo desde entonces, sin lanzar campanas al vuelo, y lo más importante: sin molestar a nadie, que aquí el personal es muy sufrido.
- Francia, a su bola. Los franceses, desde la seriedad, el respeto al rito y una afición de acusada personalidad, mantienen números y su propio rumbo con el toro como principal referente. Su forma de hacer hace que muchas de las principales plazas ya hayan reseñado ganaderías y anunciado fechas. Sin duda, son otros modos de hacer. Mientras al sur de los Pirineos se manejan tiempos y silencios por el bien de todos, Francia sigue con su propia apuesta que tan bien le ha resultado para no resentirse en ningún momento en mitad de la crisis.
- Enrique Ponce, Jose Tomás, y luego los demás. Hay que ser conscientes del momento que se plantea en 2014 con dos toreros de tan inmensa talla como Enrique Ponce y José Tomás. Estamos, probablemente, ante la última temporada de ambos toreros en plenitud y con la ambición necesaria como para pisar plazas de referencia y máxima responsabilidad. Que Ponce diseñe su temporada número 25 pasando por Sevilla y Madrid, además de València y Bilbao, es de suma importancia junto a que José Tomás esté planteándose una temporada que supere la decena de festejos y entre ellos suene Madrid. La Tauromaquia no puede seguir desaprovechando, por su bien, la repercusión que supone contar en un mismo periodo de tiempo con dos toreros de la talla histórica de Enrique Ponce y José Tomás. 2014 tal vez sea una de las últimas oportunidades. Y luego están los demás... El G-5 de El Juli, Manzanares, Morante, Talavante y Perera, que involuntariamente han cedido protagonismo a los mandones, Iván Fandiño, que parece se va a sentar en algunas mesas con mantel y otros que parecen dispuestos a aprovechar cualquier hueco y oportunidad.
- Lo que provoca Sevilla. De guerra civil a guerra fría, el pulso de Sevilla ha pasado a un segundo plano y el error de unos y otros, de todos, parece evidente a estas alturas. Vamos, que lo que vaya a suceder en Sevilla no marcará la temporada, sino que marcará lo que no hay que hacer y no permitir que se vuelva a repetir. El pulso, por lo tanto, ha quedado en un segundo plano, como muy localizado y el problema no se antoja a esta alturas vital para el transcurso de 2014. Canorea sólo es una china en La Maestranza, más allá no es más que un taurino torpe. Y el G-5 al decir no a Sevilla tal vez ha cedido algo de protagonismo, pero tampoco demasiado. De estas circunstancias la Feria de Fallas es la primera que debe aprovecharse. Simón Casas parece casi obligado a hacer un ferión. Por ahora el tiempo y los silencios se administran con suma paciencia. Y no parece que vaya a haber problemas de vetos e imposiciones como sucedió la pasada temporada, devaluando las combinaciones finales. Sería otro error, pero no está en las previsiones.
- El futuro tendrá que esperar. Una vez más, todos los instrumentos que debería desarrollar la industria taurina para fortalecer la Tauromaquia tendrán que esperar. Con Pentauro ya en algún cajón esperando voluntad e iniciativa, tal vez la temporada 2014 acabe por activar las últimas clavijas para el desarrollo de ese gran referente que trabaje en nombre y beneficio del sector. A lo mejor se dará algún paso al respecto, pero la realidad seguirá demandado cambios sustanciales. La temporada 2014 debería ser sin más excusas, y una vez se encauce a través de nuevas formas y métodos, la antesala al futuro de la Tauromaquia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comenta si te apetece