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Tomaron la palabra en este acto el alcalde de Arles, del partido comunista, el presidente de la Región (Comunidad) Provence-Alpes-Côte d' Azur, del partido socialista, el representante de la Unión de las Ciudades Taurinas de Francia, presidido actualmente por la alcaldesa de Mont-de-Marsan, del centro derecha y, por el lado de la afición, representantes de los ganaderos franceses y del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas. Todos han defendido la misma idea: al exigir que se respete nuestra adhesión a los valores de la tauromaquia y nuestra sensibilidad de aficionados, luchamos por que se respete a la vez nuestro derecho a la libertad de vivir nuestra cultura en su diversidad y su riqueza, a salvo de caricaturas, calumnias y dictaduras de opiniones 'políticamente correctas'.
Foto :: Jesús Camacho
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la tauromaquia pertenece al trasfondo más antiguo de la civilización mediterránea en la cual el toro, objeto de un culto milenario, enfrentado con el hombre, en un rito de lucha y de arte, es el símbolo de la vida siempre renaciente a pesar de las amenazas de la muerte. A nosotros incumbe que esta fiesta siga viva si somos capaces de transmitirla a las generaciones futuras.
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