No dejábamos de preguntarnos "¿por qué?" todavía, cuando la
tarde transcurría sin ilusión y demasiado espesa. Buscando respuestas, motivos. Aunque fuera alguna excusa barata nos bastaba.
¿Por qué?, nos preguntábamos hacia dentro, sumidos en el frío hastío de una Feria de Fallas que avanza tambaleándose y con pocos asideros a los que agarrarse. ¿Por qué? Y así hasta que salió el
tercer Zalduendo con un brío más allá de lo normal. El personal, deseoso de
festejar lo que fuera, lo recibió con palmas. 'Superior', que así se
llamaba, enseñaba las palas, era bajo como un zapato, hondo, apretado de
carnes y con su morrillo. Un toro decente al menos. Ahí está el nivel, por los suelos de la decencia.
Y
Alajandro Talavante lo recibió por tijerillas flexionadas, un manojo de
verónicas, otras tantas chicuelinas y una media con su aquel. Parecía
que iba a llevarse la tarde de calle. Pero claro, eso era mucho parecer
antes de confirmar los peores presagios, que sumirían la tarde 75% FIT
(cuando se anuncio lo era al 100%) en el absoluto petardo.
El convencimiento y seguridad de Talavante comunicó pronto
con la multitud. Desde que se hizo presente con el capote, importándole
un carajo el viento frío y molesto que venía a rachas. El saludo
capotero dio el pistoletazo. Buen son en 'Superior', pero muy justas las
fuerzas. Empeñado en hacerle el quite, esperó a que desapareciese el
piquero, tras el simulacro de la primera y segunda vara. Por gaoneras
echándose el capote a la espalda el quite. Todo en los medios. Donde no
dudó. El animal, con alfileres. Un cartucho para empezar. Largó tela y enganchó con los vuelos. Primera serie al natural de impacto. Estaba Talavante muy metido. Fino y espigado. Transcurrió todo a ritmo lento. Ni importó la falta de celo ni el viento racheado. Arrebatado e imaginativo el extremeño, muy encima. La arrucina, a toro parado. La muleta, una bandera. A pies juntos y encajado, Talavante por encima de las circunstancias. Tan meritorio como sobrado. La estocada trasera y caída. Oreja.
Y ya nada más. ¿Por qué? Pues porque el de La Puebla, que cuatro días antes había creado una bellísima obra y así se le esperada, no tuvo zalduendo que le embistiese
con voluntad --y mira que empleó tiempo y paciencia con el quinto-- y
con lo de Paquirri, lo dicho, todavía andamos preguntándonos el porqué de
todos los porqués.
La corrida de Zalduendo fue impresentable. Desigual, sospechosa, descastada, sin fondo ni chispa ni clase alguna. Y así ya van dos Fallas consecutivas pegando el petardo lo de Zalduendo... por si luego a alguien se le ocurre que deben volver dentro de un año.
Devuelto por derringlado el primero, fue sustituído por un anovillado y feísimo ejemplar sin cara ni perfil, bizco y sospechosamente astigordo. Cinqueño el asardinado segundo. Guardó las apariencias el tercero, mientras que el cuarto fue ridículo, por abecerrado; el quinto no tuvo hechura alguna para embestir --aunque Morante se empeñase de lo contrario-- y el sexto, degollado y pitorrito, no tuvo seriedad y su comportamiento descastado puso la guinda.
Morante trabajó con el quinto hasta que le tocaron un aviso. Se empeñó en extraer embestidas como de un pozo seco. Muy encima, con mucho toque, llegando a poner los mismo vuelos debajo del hocico. Así una y otra vez. Fue el desagravio tras una faena, la del segundo, de las breves. Toro sin gracia al que no le buscó las vueltas. Ni iba a ser tampoco.
Talavante encontró ciertos problemas con los rebrincos del sexto. Ninguna clase, siempre arrolló más que embistió de verdad. Aunque tampoco es que hicieran por torearle tratando de corregir nada. Pero para entonces la tarde ya no merecía ningún esfuerzo.
¿Y Paquirri? Esa es la gran pregunta: ¿Por qué sus dos faenas carecieron del mínimo gusto y encanto? ¿Para aburrir y mostrar su comodidad, su falta de cualquier esencia que recuerde a la torería, ¿Para reivindicar su tauromaquia de pico y periferia pegapasista, sin imaginación alguna y cobijada siempre en el tercio? ¿Por qué? ¿Por qué se le habrá ocurrido reaparecer?
Por cierto, en el sexto se desmonteró Juan José Trujillo tras banderillerar. Es el primer --¿o el seagundo?-- torero de plata que lo hace esta feria. Esto nos da una idea de cómo va esto.
Por cierto, en el sexto se desmonteró Juan José Trujillo tras banderillerar. Es el primer --¿o el seagundo?-- torero de plata que lo hace esta feria. Esto nos da una idea de cómo va esto.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de València, 18 de marzo de 2015. Sexto
festejo de la Feria de Fallas. Toros de Zalduendo impresentables, desiguales y descastados; el primero lidiado como sobrero. Rivera Ordóñez
'Paquirri' (silencio y silencio), Morante de la Puebla (pitos y ovación tras
aviso) y Alejandro Talavante (oreja y silencio). Tres cuartos largos de
aforo (sobre las 9.000 personas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comenta si te apetece