Sevilla respondió ante un cartel de toros y toreros. Para que luego digan que no hay afición. Más de tres cuartos de público que palpó la casta brava, la emoción y el interés de una corrida de Victorino que tocó el cielo con el toro cuarto, Mecanizado-73, premiado con la vuelta al ruedo, y un faenón de Antonio Ferrera sin espada. Antes Manuel Escribano, valor, mando y actitud, le cortó una oreja al difícil tercero.
Hondo y serio, con más pecho de lo habitual el primero de Victorino Martín. 595 kilos. No descuelga en exceso de inicio ni en el peto. El quite suave de Ferrera pone suavidad y encuentra respuesta por abajo. Falta chispa, también algún tranco de más. También quita El Cid por delantales.
Ritmo lento. Llega a la muleta prácticamente como embistió de salida. Hay que empujarlo mucho, toquetearlo para que llegue al final y no se distraiga. Ferrera lo prueba una y otra vez. Falta viveza y constancia en el viaje, celo. La salida, sin maldad casi siempre es por el palillo. Templado Antonio Ferrera, faena de tintes camperos.
Muy corto se queda el segundo. Obliga a El Cid a andarle hacia atrás y ganarle los medios. Otra expresión en el toro. Morrillo, más fino... Poco cuello. En el quite por chicuelinas de Escribano se queda muy encima. En banderillas se para en exceso.
Tiene emoción la primera serie. De corto recorrido, pero humillado. A El Cid le engancha los dos primeros muletazos. Exigente el victorino y dispuesto El Cid, que le llega y le traga serie tras serie y, sin embargo no encuentra eco en los tendidos. La corta embestida fue de menos a mucho menos. Con la espada mal El Cid.
Guapo es el tercero. 'Paquecreas' se llama. Las puntas miran hacia arriba. Es bajo y entipado. De salida repite codicioso a la capa de Escribano e incluso rebaña y se mete por el izquierdo. Comparte banderillas el de Gerena con Ferrera. Tiene ese tranco para irse más allá. Temple proverbial de Escribano. El toro lo tiene medido. Una tanda por el izquierdo, a los vuelos, dejándosela muerta para ligar supone el milagro del toreo. Al volver al derecho se le revuelve y lo busca. La emoción del toro nada tonto y del torero caliente y capaz de superar el reto. Se pone reservón, escarba. Y otro milagro al natural. Por ahí hay tres arrancadas que se van más allá. En los remates, sobre todo por el derecho se escapa de milagro Escribano unas cuantas veces. Se tira a matar de verdad: espadazo. Y oreja.
Fotos :: La Maestranza
'Mecanizado' es el cárdeno claro, fino y sin un gramo de más. Empuja de bravo al caballo en los dos turnos. Aunque sale pelín suelto del capote del extremeño que intentó el quite. El yin y el yan. Enclasada embestida. Auténticos surcos por el derecho, planeando de bravo. La casta sabia de Albaserrada. La mansedumbre asomando, sabiendo de sobra donde está la querencia, pero la muleta sujetando y templando, y la bravura siempre volviendo. Faena grande de Antonio Ferrera. El toreo en redondo cruje rebosante de temple y absoluta profundidad. Inspirado y torero. Faena redonda, madura y personal, sin espada a un toro de nota muy alta .Del inicio hasta los bellos doblones del epílogo. Si me pregunta, el indulto no era descartable.
'Estanquero' luce en varas. Espartaco III se lleva una ovación. Tardo en banderillas. No rompe, espera, recorta y echa la cara arriba. Guasón. En apuros para clavar Alcalareño y Pirri, y difícil brega de Curro Robles. Empuja con genio. Si le levantan la mano, lanza un hachazo. El Cid lo enjareta por abajo en redondo en la primera tanda. Hay emoción. Embestida enrazada. Le falta profundidad. Pero repite con viveza, y más templado conforme El Cid es quien marca los tiempos. Tras tres series en redondo, prueba la mano zurda y por ahí es más áspero y sale con violencia por arriba. Victorino geniudo. No acaba por entregarse. El Cid tropieza con la espada.
'Plantillero' es fino de vientre. La mirada, el hocico, los pitones, delatan todo. Enrazado. En el peto no se entrega. Golpea al estribo en el segundo encuentro. Del tercer par, ese quiebro temerario con la espalda pegada a tablas sin salida, Escribano escapa de milagro.
Recula el toro en el mismo inicio de la faena de muleta. Una prenda. Embestida gatuna. Brinca, busca los trastos por arriba y gira rápido. El temple de Escribano vuelve a sorprender. Y parece casi imposible. Se aflige el animal ante ello. Otra estocada.
Buena tarde toros.
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