Fotos :: La Maestranza
Con pies y celo al ver las telas el segundo. Toro negro, redondo, atacado, badanudo, apretado. Guapo. Ágil de brazos y piernas Luque. Lo recoge a la verónica. Emoción. Chicuelina a modo de recurso a compás abierto. Y airoso el recorte. Arrancada de encastado. Tercio de varas ovacionado. Riñones en el toro y puya arriba. Doblones y ese punto violentón al iniciar faena. Escaso fondo, ninguna entrega en el momento de la verdad. Espejismo lo anterior.
El tercero, al corral. La tarde toca fondo. El correturno tiene muy poca vida y ninguna emoción. Pepe Moral sin opción. Con el cuarto, ídem. Pañuelo verde y sobrero sin casta alguna.
Vulgar el quinto. El capote fácil y gustoso de Luque. Una eternidad sacarlo de tablas en el inicio. La tarde ya aburría. De la falta de entrega, de raza, una miradita, el hocico entre las pezuñas. Y de repente una serie. Otra más. Pero nada de verdad. No hubo toro.
Y al final Moral se lo inventó. Sonó la música. Toreó con todo y con un pulso proverbial. Rompiéndose de cintura. Sobre la diestra, yéndose tras una embestida que era el mismo Pepe Moral quien la empujaba con temple y gusto: sintiéndolo. De verdad. El espadazo a toro parado y oreja contrapronóstico. A tener en cuenta.
PS: Antonio Lora en El País: 'El toreo con el alma de Pepe Moral'
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