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01 junio 2015

#sanisidro15/ la claridad lidiadora de fernando robleño

El primero se llama 'Agradecido' y tiene cara de listo. Fino y muy limpio. Levanta la gaita, abre la cara. Negra y brillante la capa. No canta buenas embestidas de salida. La media de Robleño para dejar en suerte el toro al piquero. Humilla por primera vez en la segunda vara. Echando el hocico por debajo del faldón. El remate del quite por alto y de frente por detrás es una revolera a la que este primer Ibán responde por abajo.


Fernando Robleño demuestra una claridad lidiadora absoluta. El temple y la manera de ligar. El inicio de faena lo abre a los medios con pulso. De pura raza la primera serie incluso se pasa de ansias el toro. Robleño en redondo y por naturales gana la acción, pulsea y gobierna la buena embestida de 'Agradecido', que por bravo así lo exige. A más incluso, pues es mediada la faena cuando el toreo adquiere mayor profundidad. La estocada la cobra muy de verdad y en el momento exacto. Faena justa que mereció mayor premio que una simple ovación.

Violentón de salida el segundo, Provechito. Castaño, con 497 kilos. Seriedad no le falta. Pega en tablas por abajo. El capote a Serafín Marín se lo quiere quitar. Engancha y cuando engancha lo hace de verdad. Queriendo coger los trastos. Obliga a Serafin a colocarse muy bien. Muy cruzado. El toro espera muy abajo. Una serie buena y limpia de naturales los liga. También trata de irse el Ibán, como aburrido. Y en la siguiente se violenta más cuando engancha y desarma. Enrazado y complicado, sin acabar de entregarse. Marín traga aunque no está del todo templado. Tampoco es que fuera fácil, vaya. Buena estocada del catalán.

Muy fino es Provechoso. No vende trapío. Poco celo de salida, aunque no toma mal los capotes. Fijeza en el caballo y muy bien medido con la vara. La seriedad del toro en banderillas ya es palpable. Se arranca galopando y humilla hasta el final de los capotazos del Jeringa. Saluda Raúl Adrada en banderillas.

El incio de Bolívar es una moneda al aire. Un cambiado por la espalda. Ajuste en los ayudados que siguen. El Ibán embiste con todo y con emoción. De bravo. Con pies. Exigiendo. Repitiendo con emoción. En redondo aquello es una vorágine. Hay que llevarlo hasta el final. Tras tres tandas, es por el izquierdo cuando se para y tardea en el cite. Y ya en el tercio se para del todo. Bolívar ve como la emoción con que había iniciado la faena se apaga. Antes de entrar a matar suena un aviso, en ese momento está desarmado. Estocada tras dos pinchazos.

La segunda mitad del festejo es de cinqueños, y eso se notará para mal en el devenir de la tarde. Negro, abrochado y bien puesto de pitones es 'Saltillo', el cuarto. En el peto no se emplea, pero se queda con fijeza. Va alegre a la segunda, pero protesta y se sale.

Muy para el toro Robleño en el incio de faena. Trata de no forzarlo y traza líneas rectas por el derecho. Le falta empuje. Por el izquierdo se emplea más y tiene cierta emoción. En esa tanda el natural se remata muy atrás, quedándose la embestida muy encima. Este 'Saltillo', tal vez sea por la edad mostró menos fondo o duración en la entrega. Otro espadazo de Fernando Robleño en lo alto, que pese a estar reventado dos veces se levanta ante el puntillero. Cosas de la bravura.


Sartenero, el quinto, luce dos velas bien abiertas. Negro, astifino y descarado. En el peto no lo hace mal y el capote de Curro Robles lo toma con el hocico por abajo. Pero en banderillas espera de más.

Serafín Marín empieza pronto sobre la derecha. Temple el torero, humilla el toro, pero conforme avanza la serie, más le cuesta irse. Saca genio y se rebrinca. Y finalmente toma la muleta como aburrido, saliendo sin celo.

Desagradecido es el sexto, guapo y serio castaño de Ibán. Astifino, remata y levanta las tablas del burladero. No toma mal las telas, pero en una de esas se lesiona y es el toro mismo quien se desentiende de la pelea. Una pena.

El sobrero es de Torrealta. Un jabonero sucio, altón y feo. Así, sin gracia, de forma fea, embiste. Y lo matendrá. Muy andando, sin entrega, pero con nobleza, pasará por el derecho y repetirá. Por la mano izquierda sacará violencia y echará el derrote por arriba del palillo. Y así, más a la defensiva ira desarrollando el de Torrealta. Bolívar se irá a por la espada cabreado por el toro y por el público que protestaba impaciente sin valorar las condiciones del toro.

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