Páginas

19 abril 2007

la mansada de cebada

Los cebadas siempre se me han antojado de tremendo trapío. Verlos, su expresión viva, sus carnes apretadas y musculadas, la tremenda mirada. Digo siempre, y añado excepto ayer. Lo de ayer en Sevilla, y por lo que he leído nadie se sale de madre, fue para preocuparse. Una mansada sin paliativos y ni un mínimo atisbo de bravura. Ni imponía por su mirada ni por su trapío.

De los toreros: lo bien que reapareció Fernando Cruz. Y ya sé que en Madrid cae en gracia Curro Díaz, pero es un torero que se pierde en pinturerías, el cuarto tal vez hubiese dado para más. Robleño se estampó contra cebadas sin opción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

comenta si te apetece