Porque es domingo 25 de noviembre, este post me lo dedico. Hace un año, convencido, decidí que entraba por sobrados motivos -Hendrix, Joplin, Morrison, Cobain- en la edad del rock. Qué tontería. Funcionaba. La pequeñas cosas que a uno le conmueven se han acumulado: la tarde de El Cid, la reaparición fugaz de Héroes del Silencio, la mágica tarde en la que José Tomás reapareció en Barcelona, el debut en unos sanfermines y el ya clásico summercase todo seguido o este mismo blog. Oye, tú: no estuvo mal. Además, seguro que me dejo cosas buenas de recuerdo para mí.
Pero, de verdad, será la propia vida: el año ha sido difícil y conforme iba fundiéndose, más todavía. En esas estamos. Menos mal que tuvimos la mejor compañía, aunque a veces entenderme fuera imposible, y que el año rockero por fin se acaba: me lo merezco. Y a otra cosa. Que salga otro o que entre, porque no sé si estoy dentro o fuera, y veremos qué tal se nos da el 28. Y el rock si quiere sonar, qué suene. Por el momento, ya que no voy a juntar las letras que gustaría, porque me veo incapaz, porque hay corazas que lo resisten todo, yo ésta me la voy a dedicar. No sin antes decir, que la noche de la víspera me hicieron una fiesta sorpresa de esas que a uno le ponen colorao. Moltes gràcies.
Claro que te lo mereces. Un saludo
ResponderEliminarTe lo mereces, pero la canción de Nacho Vegas sobra!
ResponderEliminarAlbertito Abril
Gracias Pablo y Albertito. Pero cómo que sobra la canción? Como anillo al dedo, tú. Que para eso era el día de mi 28 cumpleaños.
ResponderEliminarMe pronuncio Àndres. Tu, caballero. A la prima y a mi nos hubiera gustado participar en la surprise. Felicidades. Un beso.
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