La historia pública de Tomás Sánchez comienza en mayo de 2006. Nueve años antes, también en mayo, el día 11, con la excusa de la Virgen de los Desamparados, tomaba la alternativa. En el periodo de tiempo transcurrido no alcanzó a sumar los diez festejos. Un par de años en blanco, y de nuevo un oasis, la oportunidad de aquel 13 de mayo de 2006:
"El toreo está plagado de casos insólitos. Por ejemplo, Tomás Sánchez. De Rocafort, desde su alternativa, tan lejana que apenas recordamos, habrá toreado tantas o menos corridas que juntan un par de manos. Me puedo equivocar. Tal vez no. Y aún así, se le presenta la ocasión y es capaz de ligar el toreo y construir una faena en no más de diez metros cuadrados.
Eso hizo por lo menos en su segundo. Un murube del Capea y familia, manso como los seis que salieron, bueno, fueron siete, que éste al que me refiero, por encima de los 600 kilos, salió como sobrero, y fue a la postre el mejor, aunque también manso, su embestida dijo más. Le dicen también transmitir.
Tomás Sánchez le ligo el toreo. Sobre todo en redondo un poco más allá de la segunda raya. Largos, de mano baja y rematados atrás. Tres series guapas. Después al natural, igual o más largo, tan por abajo o más. En sus circunstancias, la sorpresa fue grande.
Con eso, y contando la oreja que había cortado antes a una de las raspas que salieron, tras una labor decorosa, de más querer que poder, cierto temple, pero escaso sentimiento, a la puerta grande sólo había que empujarla.
Pero el torero está lleno de casos insólitos. La faena válida, pero del montón, Tomás Sánchez la había rematado conforme. En cambio, la buena de verdad se remató tras un sainete a espadas."
Imagen: detalle tomado de Aplausos, autor Moratalla Barba.
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