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12 septiembre 2011

buena corrida de fuente ymbro en utiel y orejas a espuertas

Tejela, Tomás Sánchez, Rubén Pinar y el mayoral de Fuente Ymbro, a hombros.
Hemos debutado en 'La Utielana', plaza de toros de Utiel más que centenaria, con éxito. La corrida de feria, con toros de Fuente Ymbro ha resultado triunfal, orejera --nueve orejas y un rabo se han repartido Tomás Sánchez, Matías Tejela y Rubén Pinar-- y, sobre todo, encastada.

Los toros de Ricardo Gallardo, correctos de presentación para una plaza de tercera: discretos de pitones salvo el sexto, pero serios y cuajados y, sobre todo, con contenido. Mucha casta y pies. De nota fueron cuatro y pico. Y por encima de la media, dos: el tercero, premiado con la vuelta al ruedo, y el cuarto, con un morrillo de impresión.

Los de Fuente Ymbro, que si por ponerles algún defecto generalizado es que han escarbado  por costumbre, han tenido nobleza, mucha casta que domeñar, poder, pies y entrega. Embestidores incansables que exigían temple y mano baja, que si tocaban las telas apretaban y sacaban su genio. El tercero fue un espectáculo ver como embestía humillado tras las telas.

Tomás Sánchez, Matías Tejela --que sustituyó a César Jiménez-- y Rubén Pinar dieron la cara, pero el toreo no puso lo pelos de punta a nadie. Pases dieron muchos, y es que los Fuente Ymbro se prestaban incansables, unos mejor y otros peores. Pero la casta en las telas era la que se imponía, la que brillaba por encima de todo.

Tomás Sánchez destacó sobre la diestra con su primero, no así al natural. Mucho toreo para la galería, que fue lo que primó en toda la tarde, y buena estodacada y dos orejas. La tarde se prometía, además, generosa.

El segundo --junto al quinto, el único de dos varas-- buscó las tablas demasiado, tal vez porque no encontró en la muleta de Tejela el mando necesario. Un aficionado le decía por lo bajini a mi cogote: "Pero páralo, pero si no lo has parado"; y el toro se le iba y como si nada lo sacaba a los medios. El aficionado  refería al primero de los verbos que resumen el toreo: parar. Parar, templar y mandar. Hasta el final, en la última serie sobre la diestra y en los ayudados de remate, no hubo mando. La buena estocada puso las dos orejas en su mano.

Rubén Pinar aprovechó cada una de las arrancadas del tercero, un toro que fue a más. De una salida en la que amagó cierta flojera a una borrachera de circulares interminables con el toro entregadísmo a los vuelos. Muy largos los muletazos y obligados, y por momentos pasándose Pinar la embestida más cerca de lo que tenía acostumbrado. Cuando montaba la espada dos o tres voces pidieron indulto. El primero que lo negó, el propio ganadero. El espadazo, fulminante. Y cayeron las dos y el rabo. Y la vuelta al ruedo para 'Damasco', que así se llamaba el fuenteymbro.

Durante la merienda Pinar y Gallardo hablaron un largo rato sobre el toro. Después Pinar tomando airé sobre la barrera habló por señas y gestos con un joven picador de su cuadrilla que estaba varios metros más allá también apoyado sobre las tablas. Con el dedo pulgar en señal de 'ok', preguntaba. El picador, asintió, pero le corrigío de la misma forma: "ok, pero más despacio, más despacio". Me gustó esa complicidad del matador con el picador.

El cuarto lució trapío, morrillo de impresión, hondura y seriedad en todo. 'Tramposo' fue toro exigente, con raza y entrega. A Tomás Sánchez le faltó concreción en una faena larga mal argumentada. Lo mejor, la estocada tras pinchazo en todo lo alto, en la misma yema. Fue la estocada de la tarde y valió la oreja.

El quinto puso un pequeño borrón a la tarde. De embestida protestona y rebrincada que no encontró antídoto en manos de Matías Tejela. Faena amorfa, pegapasismo a media altura, al aire del toro. Y otra vez la voz del aficionado en mi cogote: "Pero si no le has bajado la mano nunca". Pero como metió la espada de primeras, se le regaló a Tejela otra oreja que sobró de todas todas.

El sexto, más seriecito por delante, estrecho, cuajado y con las puntitas hacia arriba, fue el de nobleza más empalagosa. El más simplón, fácil o menos exigente. Sin tanta entrega, pero yendo y viniendo. Dejando estar a Pinar, permitiéndole amontonar muletazos para concluir una tarde que se cerró con una nueva oreja, y la salida de Tomás Sánchez, Tejela y Pinar a hombros por la puerta grande, acompañados por el mayoral de Fuente Ymbro que fue de verdad, la ganadería, la gran triunfadora de la tarde.


PS: Del poco más de media plaza que había en Utiel, todos volverán. El secreto, en la casta.

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