De las seis preguntas que lanza Juanma Lamet rescatamos una, la tercera.
3. ¿La tauromaquia es un espectáculo económicamente musculoso?
Esta es la pregunta clave. Y la respuesta esta vez es que sí. Aunque los empresarios aún no han tenido a bien encargar un estudio del impacto que generan los toros en la economía española, los economistas (el primero, Juan Medina) sí lo han hecho. Y, siguiendo la metodología del Instituto Nacional de Estadística, la llamada fiesta genera cada año unos 2.000 millones de euros. Esto, que podríamos llamar PIB taurino (o Producto Interior Bravo) ¿es mucho o es poco? Por ejemplo, es más que el presupuesto de gasto no financiero de los Ministerios de Exteriores, Justicia, Agricultura y Presidencia. Más: a los espectáculos taurinos acuden casi 40 millones de personas al año en España. A las plazas de toros, una cuarta parte. Las principales ferias taurinas mueven más de 900 millones de euros al año, como ha calculado Medina.
Más: por cada 50 euros invertidos en la compra de una entrada se generan otros 90 euros adicionales para la economía local; es decir, en hoteles, bares, museos... Y los festejos populares son una mina. Baste citar los Sanfermines. Es tal el músculo económico de la fiesta, que resiste la mayor crisis de la historia reciente sin que los que mandan en ella hagan apenas nada. Con el piloto automático.
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