Estamos en plena Aste Nagusia, lo sabemos. Ha sido una noche de hacer amigos efímeros. En el centro, en una bar en plena zona pija, por las pitas. Una cuadrilla: De dónde sois. De Valencia. A qué habéis venido a Bilbao, ¿a ver a Ponce? Sí, entre otras cosas. Ha habido una charla intensa. De toros. De Bilbao, de que si se hiciese caso de lo que se escucha por la tele o se lee en prensa uno no saldría de casa. Es la conclusión. Luego, tras un buen cargamento de rones-cola, directos al Arenal. Allí, junto a las txoznas de Deusto, junto a la rampa del parking que siempre es el mejor lugar para echar la meada de turno, nos ponemos a hablar con uno que con su cuadrilla disfrutaba de la fiesta. Otra vez la pregunta de rigor tras conocer la procendecia: ¿Y qué hacen unos valencianos en Bilbao? Es que ya es la tercera vez consecutiva y venimos a los toros. Pues hace un rato estaba aquí Iván Fandiño. ¿Qué dices? Sí, sí, pero ya se ha ido es amigo nuestro. ¿Estaba cabreado o contento después de la tarde? Cabreado, lo hemos recogido en el Ercilla y ha dicho vámonos donde no me conozcan, quería haber aprovechado más a su segundo toro. Qué paséis buenas fiestas, agur. Agur.
En el meollo, la juerga padre. Empieza a jarrear, bajo un paraguaS caben dos. O tres. O los que sean. Y hay hasta quien se empapa sin dejar de danzar. Lluvia intensa, bailes y juergas. Los costados empapados, vámonos. En la plaza circular, viniendo del puente del Arenal, para coger la Gran Vía, parándonos saludando a desconocidos, empiezan a cruzar municipales, perro en ristre, le ladra a uno que mea en la persiana de una óptica. Pero serás borracho. Guau, guau ladra el pastor alemán, precioso y policia. ¿Qué estará pasando? Hacemos nuevos colegas desconocidos en Gran Vía. Otra vez la explicación, que somos de Valencia, venimos a ver toros, y a disfrutar de la ciudad y de sus fiestas. Vamos hasta Moyúa. Nosotros también. De acuerdo. En la pensión alguien siempre espera: buenos días. Enchufamos la tele y un rótulo en la parte baja de la pantalla nos informa: un coche bomba ha estallado en Durango.
Pero cómo de inmensa es la ignoracia terrorista. La cagada una vez más vuelve a ser la hostia. Marijaia no, no está de vuestra parte. Ignorantes: Gora Aste Nagusia.
pd: las fotos son de la noche del 23 al 24 de agosto.
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