19 agosto 2007
desde bilbao: la importancia de tener apodo para un público colorista
Bilbao, tan puesta ella, tan pija, hay veces, y son bastantes, en las que se vuelve facilota y se pone a cien con lo que sea. Será la alegría de la lluvia que invita a que el público, al abrir paraguas y calzarse los chubasqueros, se ponga colorista aunque lo que ocurra carezca de emoción, porque ese fue el principal problema del encierro de La Quinta : su nula emoción o, para que lo entienda el aficionado cabal, la mexicanización del toro. Y también del mínimo gusto, véase el triunfo obtenido por Padilla, ídolo de la villa bilbaína.
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