Es la última, el estudio que nos cuenta, que descubre ahora que el toro sufre mucho menos de lo que podíamos imaginar. Lo traía El Mundo ayer domingo en su suplemento Crónica. Lo llevó 6 toros 6 hace varios números, y el portal de juampi también ha estado también al quite.
Quien mejor le ha dado la vuelta es Bastonito. Que no traga del todo: a la bravura lo que es de la bravura. Le matiza Pablo, que publicó en toroprensa una entrevista al tal Juan Carlos Illera, veterinario, profesor en la Complutense de Madrid y autor principal del estudio.
Soy de los que piensa que el sufrimiento -en cualquiera de sus formas y modos- forma parte intrínseca de la Fiesta. Más Boadella, porque vuelve a venir al caso. Y más franceses, también. Libération esta vez.
También añadiría diferencias en el dolor del toro, según su procedencia, causa o parte del cuerpo donde se le cause: el toro no acata igual un puyazo bien pegado en todo lo alto, que la rotura de pitón o del asta entera por su mazorca. Al menos, la reacción, la forma en la que asimila el toro, no es la misma.
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