A estas alturas hay quien tiene ganas de buscar símbolos patrios, ponerle letras al himno. Lo hablaría con los de Nike -o cualquier sustitutivo-, primero, y a los que les escriben la letras al Bisbal o al Bustamante, o a los de La Oreja o a los chicos de Mecano, les diría que preparasen uno de esos hit que todos compran en hipermercados y mantas y ponen a bajar por el e-Mule. Para que den con el consenso sobre todo, y no dejarle la papeleta a Rajoy, que parece decidido a tomar el toro por los cuernos con Zapatero. Que sería otro cirio: que si la constitución, que si esta España mía de las autonomías, plural o singular...
El revuelo, a fin de cuentas, es para estimulo de deportistas, que no lo han pedido los que están a punto de batir el record de manifestaciones: la próxima, tal vez cuando estornude De Juana, se manifestarán porque contamina. Eso sí, mantienen sus proyectos.
Pero será lo otro, que la rojilla no da pie con bola porque no canta, sólo tararea: "chin-tá chin-tá ta-ta-chin-tá chin-tá chin-tá". En cambio, hay una figura del toreo, Enrique Ponce para más señas, al que le suena el himno -al menos le sonaba- cuando le llaman al móvil, y vaya: le va muchísimo mejor que a cualquier deportista.
Dice mi abuelo que ha sido una de las noticias del día. Pero vete a saber porqué, a su parecer, la que se ha llevado la palma ha sido la que decía que Zara va a vender en todas sus tiendas ropa para embarazadas. Le ha llamado la atención lo de "todas" y por extensión lo de "sus tiendas". A mi abuelo le gusta lo breve, y me temo que la feria de San Isidro que ya ha terminado se le ha hecho eterna. Pero que Amancio Ortega tiene más razón que un santo: desde su balcón, un primero, en apenas diez minutos a visto pasar a tres mujeres en estado de buena esperanza.
Por mi parte, hasta el último día, le he hecho tragar la de Guardiola porque el previo de la faena de Manolo Carrión de novillero me apetecía verla. Él no se acordaba, pero ya por entonces se había colocado el Plus por el fútbol de los domingos y ya no me perdía aquellos meses de mayo y seguro que a Manolo Carrión ni se le pasaba por la cabeza lucir la toga y no el chispeante.
Así, después de un mes de toros, todavía hoy mi abuelo se me ha puesto a criticar a Torres Jerez por torear por abajo y a Esplá lo ha querido mandar para casa cuando estaba haciéndolo bien con un toro encastado y con edad, un tal 'Bollero'. Qué se le va a hacer si a sus 85 años considera de mayor mérito el toreo a pies juntos que aquel que se hace cargando la suerte. No merece la pena a estas alturas, la explicación me costaría una afonía y prefiero que de vez en cuando me consulte alguna palabra mientras saca adelante el crucigrama. El sudoku se lo ventila en un plis-plas.
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