La de Adolfo tuvo casta. La justa y suficiente. Un toro por encima de los demás, el tercero, con el que no se comprometió López Chaves lo que debía. No tuvo su tarde. Muy por debajo. La tarde de Encabo, también para olvidar. Sobre todo por el espectáculo ofrecido a espadas. Su segundo la tomo en una serie, y se rajó.
La injusticia se cometió con José Pedro Prados "El Fundi" -y no soy de los que baja el volumen al televisor-, pero con sus toros, probablemente, mejor no se pueda estar y lo peor es que nadie le prestó la mínima atención.
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