06 junio 2007

rectificar, ¿el qué?


Sin duda, con el fin de la tregua, que realmete acabó cuando saltó por los aires la T-4, finaliza un periodo de ilusión, esperanza. La paz se intuía como una opción real, visible. Ahora no, y la paz con la amenaza vuelve a quedar muy lejos: "ETA quiere anunciar que abandona el alto el fuego permanente y que ha decidido actuar en todos los frentes en defensa de Euskal Herria a partir de las 00.00 del 6 de junio de 2007".

Esta situación la conocemos, también cuál es la reacción demócrata: la unidad, que para que sea completa tendrá que esperar, al menos al próximo lunes 11 de junio, cuando se celebre la reunión entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy. Tienen la obligación de aclarar muchas cosas y la de mirar en una misma dirección. Dejar, el PP, de sembrar la incertidumbre y promover la desestabilización de las instituciones haciéndole el juego a los terroristas.

Por la actitud y actuación del PP siempre crítica a lo largo de la tregua que comenzó en marzo 2006, resulta paradójico que ETA obvie al principal partido de la oposición, tercera fuerza política en el Euskadi y primera en Navarra, que no le dedique ningún comentario en un comunicado en el que sí quedan reflejados Zapatero y el PNV.

Dicen, "el talante de Zapatero se ha convertido en fascismo que niega sus derechos a partidos y ciudadanos. Pero no son los únicos. También se les ha caído la máscara a los dirigentes del PNV, cuyas ansias de dinero son insaciables".

No dicen nada de la negación rotunda del PP a la política antiterrorista del Gobierno, nada de sus ansias de poder, nada de su interés en adelantar elecciones porque, probablemente, les interese su juego. Entonces la pregunta se me hace inevitable llegados a esta situación, a este punto en el que la esperanza de paz es casi nula y todos compartimos de nuevo la amenaza (del absurdo): rectificar, ¿el qué?

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