04 noviembre 2007
las 13 rosas
“En el día de todos los santos, precisamente, pensó mientras buscaba el sueño lo que duraría su recuerdo en este mundo. Quién iría a ponerle flores a su tumba, cuando ya nadie preguntara por él. Los nietos de sus nietos tal vez serían los últimos. Su recuerdo se esfumaría, su historia desaparecería. Fue entonces cuando se levantó, fue hasta la cocina a oscuras, midió mal y rozó el dedo meñique del pie derecho con el marco de la puerta sólo lo justo como para retorcerse de dolor. Iba pensando diferentes maneras de perpetuar su recuerdo, dejar huella, hacer historia…”
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