28 agosto 2008

la buena vida

Tengo pendientes subir a El Fundi y Diego Urdiales en Bilbao porque merece más que la pena. Pero por ahora no puedo, no puedo. Es lo que tiene estar enchufado a la mismísima línea telefónica como en los tiempos de mariacastaña, navegando contra los elementos a una miserable velocidad de poco más de 52 ks por segundo. Y como no soy tan freak, tampoco me voy a ir a buscar donde la wi-fi nos ampare en mi Perelló de toda mi vida. La playa lo cura todo, incluso a la fuerza la misma blogomanía.

Pues, no queda otra que morderse los dedos a la hora de teclear y al visitar los blogs y otros sitios de costumbre dejar pasar poco menos que una enternidad. Queda mucho menos. Septiembre empieza en lunes. Ya no quedan ni Juegos Olímpicos, Rusia anda asustando al personal con China, precisamente, como apoyo en la sombra; a la tragedia de Barajas se le ha sacado todo el jugo posible y se ha estirado en la prensa hasta avergonzar al personal más cabal; Alonso fracasó en la Valencia del glamour hueco y en Castellón el presidente de su diputación, el morenazo Carlos Fabra, elevó a las esferas políticas el insulto de "hijo de puta"; José Tomás sigue coleccionando cicatrices, su tío Victorino enseñando lo que es la casta y hoy hace precisamente 61 tacos de la muerte del monstruo de Córdoba y hay que comprimirlo todo en una frase. Parezco el Enjunto Mojamuto.

Hay que ver qué mal acostumbrado, aunque dicen que esto es precisamente la buena vida.

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