25 septiembre 2008

estar en torero

Al parecer, lo de ayer en Logroño de Miguel Ángel Perera fue importante. Me ha gustado lo escrito por Pablo G. Mancha dando valor a ese matiz que tanto significa y distigue cuando un torero está precisamente en torero. Le copio unas líneas:

"Francis Wolff, catedrático de la Universidad de París, recuerda en su libro ‘Filosofía de las corridas de toros’ que no existe mayor halago para un torero que decirle exactamente eso, que ha estado en torero. Esto resulta extremadamente significativo si lo ponemos en comparación con cualquier otra disciplina. Veamos: si a Cristiano Ronaldo le dicen que ha estado en futbolista en todo caso resulta una redundancia, o a Nadal en tenista o a Alonso en piloto... Ningún crítico en su sano juicio le diría a Mario Vargas Llosa que en su último libro ha estado en escritor. Pero estar en torero –como estuvo ayer Miguel Ángel Perera– encierra valores y sensaciones que van más allá de la mera descripción de la profesión, porque consiste en unir en un solo concepto el derroche de la propia vida, el arrojo concienzudo de quien está convencido de su superioridad y del que controla todo un universo con su muleta. Es el Sol mismo y lo demás gira milimétricamente a su alrededor con un control absoluto de fuerzas, ritmos y gravedades."

Sobre lo mismo ha escrito Ignacio en Tercio de Varas tras ver el vídeo de Burladero. Voy a él y me encuentro a un Perera toreando muy profundo, tal vez en la mejor línea que viene marcando esta temporada. Pero al toro de El Ventorrillo, muy serio eso sí, le veo que más que intención de coger lo que tiene es intención de lamer alamares y lentejuelas. Que más que emoción lo que transmite es una bondad infinita. Que es más que el toro, el torero quien asusta por su tremenda seguridad.

El día de Perera será el 3 de octubre. Sin duda.

Foto :: burladero.com

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