12 marzo 2010

feria de fallas 2010/ la torería de josé calvo y su maldita espada

12 de marzo de 2010. Feria de Fallas. Plaza de toros de València. Toros de Adolfo Martín para José Pacheco 'El Califa', José Luis Moreno y José Calvo. Media plaza.

Ha quedado demostrado que José Calvo es torero de tremendo gusto. De una clase de altos vuelos, sin aspavientos. De acusada capacidad torera. Con una suerte envidiable. Pero, también con una espada que no sirve ni para agarrar aceitunas. Cuánta torería atesora José Calvo, pero qué maldita su espada.

De no ser por los aceros, Calvo habría dado la campanada. Habría obtenido un triunfo de una callada rotundidad, porque así es su toreo, silencioso y puro. Pero la suerte que le sonríe a mediodía y le ofrece los dos mejores toros de Adolfo Martín, ante los que se responsabilizó de su lidia y los toreó como sabe, impriendo más gusto que el que las embestidas de los albaserradas derrochaban, se le vuelve en contra en el momento de la verdad. Lamentablemente, así es.

La corrida Adolfo Martín fue seria, cinqueña, con leña por delante bien a la vista, variada de comportamiento y con la falta común para los seis de un o varios trancos de más. El tercero y el sexto llegan a dar dos pasos más al final de cada muletazo y el jolgorio habría sido considerable.

En el caballo no se esforzaron en exceso, más bien se dejaron dar. Tomaron dos varas, excepto el primero que tomó tres. El quinto fue el que más apretó y, además, tuvo oportunidad de lucirse al dejarlo largo su lidiador, José Luis Moreno. El primero salió dormido y no se despertó. El segundo fue una joya en el sentido más peyorativo que se le puede aplicar a un toro bravo. Noble el tercero. De malas formas el cuarto. Sin transmisión el quinto. Y bueno el sexto hasta que se agrió y se puso complicado para entrar a matar.

La tarde de Calvo fue completa. Su capote fue el único que se disfrutó de verdad. Además de no perdonar un quite, la forma de parar a sus toros fue fundamental. Verónicas de mano baja y ganando terreno. A los dos les marcó el camino hacia los medios con decidido mando.

Su primero se llamaba 'Español' y tuvo cosas de bravo, aunque al caballo lo empujó con la cara alta. Humillaba y su embestida era al ralentí. Calvo, encajado de cintura, lo toreó con gusto más despacio todavía, sin importarle los parones, con leves toques de muleta. Enganchádolo por delante, cargando la suerte y marcándole el viaje de esa media circunferencia que es la forma geométrica del toreo más puro. Lució en redondo, pero dejó naturales eternos por duración y belleza. Y cuando parecía que iba a repetir el éxito de julio, la espada de los cojones.

El arranque de faena por abajo al sexto fue exquisito y fundamental. La pierna flexionada, mando en la muleta y muy largo el trazo. Se fue del tercio hasta los medios. El toro atendía por 'Madroño', nombre clásico de la casa, y tenía una pizca más de motor, pero le faltaba ese tranco. Se quedaba algo y obligaba a perder un paso para ligar. Y conforme avanzaba la faena se ponía más agrío, ya no finalizaba por abajo y rebañaba más. Así hasta que se puso difícil, andarín y escarbador, y se complicó a la hora de matar, por si no hubiese bastante ya con la espada de Calvo, que de nuevo volvió a explicar el toreo solventando inconvenientes y poniéndose donde hay que ponerse para extraer varias series de mérito. Pero escuchando dos avisos tras coleccionar pinchazos y golpes de descabello.

Suerte y desgracia, torear tan bien y matar tan mal (o no matar). Sólo queda esperar que el mensaje de un torero macizo, José Calvo, se haya entendido.

José Luis Moreno, también triunfador en la pasada Feria de Julio con los adolfos, tuvo que apretar los dientes y tragar paquete con el segundo. Actuación seria y valiente. El cárdeno, 'Chaparrito', salió brioso, tomó dos varas aceptables, blandeó algo después y como primera virtud humillaba, pero sus intenciones eran aviesas.

Moreno se cruzó con él en una faena a toma y daca. Auténtico salto al vacío cada tanda con el tal 'Chaparrito' rebañando hasta que en una de esas, lo prendió por el muslo y lo buscó entre sus pitones como buscan los toros de su sangre. Por suerte, el rubio cordobés se levantó entero y lo pasaportó de pinchazo trasero y tendido y estocada.

El quinto tenía una pitón izquierdo de infarto. Mucha fachada que acabó por defraudar por su feo estilo y escasa transmisión. José Luis Moreno lo intentó derramando valor y robando en medio de la faena tres naturales de peso entre cientos de tarascadas.

El Califa bailó con la más fea y su situación, pese a los favores, sigue sin cambiar. Su primero, que de salida fue ovacionado, estaba como dormido. Mal picado y mal lidiado, en el último tercio desparramó y recortó el viaje a más no poder. José Pacheco, abrevió. Lo mismo con el asaltillado cuarto, que se defendió en exceso e hizo justo lo contrario que suelen hacer los albaserradas: echar las manos por delante y defenderse a trompicones.

4 comentarios:

javier dijo...

Espero que José Calvo esté ya practicando con el carreton mientras espera otro Adolfo con un poco mas de "tranco" que los de ayer
saludos

eltorodelajota dijo...

Estoy más cercano a esta crónica que a la que tira por tierra la labor de José Calvo.

Maldita espada.

Unknown dijo...

Andres, enhorabona! M´agraden molt les teues cròniques i acave comprenen coses que no veig be o acave d´entendre a la plaça... copie els primers paràgrafs de les cròniques i enllace a la teua web, ok? salutacions i a vore si ens veiem esta setmana per la Fira.
(J. Silvestre - www.bousalesalqueries.blogspot.com)

Unknown dijo...

val, jose. Moltes gràcies. I a vore si ens podem vore algun dia.

salutacions.