08 noviembre 2010
el papa ya puede decir 'misa'
El Papa Ratzinger ha pasado el fin de semana en España, concretamente entre Santiago de Compostela y Barcelona. La televisiones le han dado coba de forma merecida o exagerada. Lo mismo que los devotos de pro como los contrarios. Hay que ver lo que nos divierte todo esto. Familias numerosas e integristas católicos por una parte en pleno apogeo dando saltitos de alegría y homesexuales dándose el lote al paso del papamóvil como protesta. Para que luego venga alguien y se atreva a decir que no somos un país de pandereta, oye.
El domingo se podía leer en alguna portada que el Papa llegaba a España y se ponía a cargar contra el laicismo. ¿Noticia? Bueno, debe andar preocupado por la pérdida de clientela y si pudiese amenazaría a laicos, ateos y agnósticos con las siete plagas, y a lo mejor va y si fuese capaz lo hacía. Algo así como lo que se le pasó por la cabeza a Felipe González hace como 20 años según ha explicado: cargarse o no cargarse a la cúpula de ETA de entonces.
La visita del Papa habría que entenderla como una visita comercial del jefe de una muy importante multinacional cuyo objetivo no es otro que el de recuperar fieles perdidos o descarriados y, así, sus palabras tratarlas sin sorpresas desde ese punto de vista. La libertad de negocio es la libertad de negocio y la libertad de culto es la libertad de culto. Pero lo que no puede ser es que venga juzgar y examinar la actitud ante la religión católica de la sociedad española, que la compare con la que se tenía hace 80 años y que él todavía no se haya parado a examinarse a sí mismo y a los suyos sobre los casos de pedrastia, que no son nuevos precisamente, entre otras cosas que no son ni mucho menos el mejor ejemplo.
Así todavía se entiende mejor lo mal que le va el negocio a la iglesia. Lo que no cuadra es que todavía se tengan tan en cuenta sus palabras. Dicen que ha venido el Papa y servidor como si pasara una mosca. Porque a estas alturas ya puede decir 'misa', ya.
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3 comentarios:
Lo expuesto
es como lo de los antitaurinos: falta de cultura y de sentido comun.
Luis
Me encanta tu entrada Andrés.
Bordao!
Buen "post", con adecuada distancia y relativizando el valor de un personaje cuyo valor -valga la redundancia- es como el de los reclutas, se le supone.
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