lo de fandiño y lo de cuadri quedó demostrado una vez más

Fotos :: Juan Pelegrín para las-ventas.com

Iván Fandiño es un torerazo y Fernando Cuadri un ganadero de los pies a la cabeza. Quedó demostrado una vez más.

La corrida de Cuadri fue seria, honda, grande como ella sola, dura, muy encastada y por lo tanto emocionante. Vamos, como para que los que echan pestes del torismo a la mínima no puedan ni abrir la boca. En el caballo les dieron incluso tres varas y tuvieron fondo de sobra para soportar eso y más. Entre los seis hubo dos que atrapaban moscas, dos que se vinieron arriba y embistieron con todo y por derecho. Curiosamente estos fueron los de Iván Fandiño que con su tremenda disposición y entrega acabó por someter a los dos Cuadri. Hizo el toreo profundo, de mano baja. A su primero, fundamentalmente, en redondo. Completo en los tres tercios fue el quinto, y por su naturales y la verdad a la hora de entrar a matar cortó una oreja de peso, otra más en Madrid.

Fandiño en sus formas y ejecución imprime mucha verdad y eso Las Ventas siempre lo supo reconocer. Ejemplo de torería este vasco. Su sinceridad deben tener recompensa a lo largo de temporada. Por ejemplo, a València vendrá allá por el mes de octubre.

La corrida Cuadri fue muy exigente y cuando tuvo peligro lo enseñó a las claras. El toro de Cuadri si por algo destaca es por la seriedad en su comportamiento. Para bien y para mal. Los dos de El Fundi apretaron de lo lindo y al madrileño le dieron poca o ninguna opción.

La sinceridad de Alberto Aguilar fue un exceso ante el poder y sentido de su primero, un castañó de tremendo trapio que lo cogió y no lo hirió de puro milagro. Es una pena, pero Aguilar se estrelló. El sexto de la tarde fue el de peor condición, más parado y sirvió de bien poco.