18 julio 2011
feria de julio/ cristian climent y david gonzález, el futuro por la puerta grande
Plaza de toros de València, 18 de julio de 2011. Feria de Julio. Novillada sin picadores de Fuente Rey para Antonio Santana (silencio y ovación), Cristian Climent (una oreja en los dos) y David González (oreja y oreja). Un tercio largo (unos 4.000 espectadores). [VÍDEO]
La novillada sin picadores ilusionó con tres becerristas que enseñaron muchas cosas, la mayoría buenas. Unas por pulir, intuyendo mucho brillo; otras con un fuste más serio, como pidiendo paso para alcanzar un nuevo escalón. Y al final Cristian Climent y David González, tras cortar una oreja a cada uno de sus novillos, se fueron por la puerta grande. Y La pena, que Antonio Santana con toda su carilla de torero se tuviera que ir a pie.
Los erales de Fuente Rey, propiedad de Bohóquez, aunque con sangre tirando Domecq, estuvieron bien presentados, fueron nobles, pero en los finales la mayoría acabó entregando las cartas y buscando los adentros descaradamente. Se mantuvieron con suficiencia salvo el que abrió plaza, que tuvo que ser devuelto.
La frescura de Cristian Climent, de El Puig y alumno de la Escuela de Tauromaquia de València, sorprendió desde el inicio y con los tendidos a favor resolvió una muy buena faena a su primero. Hizo el toreo muy ligado, con firmeza y de forma muy intuitiva. Hubo una trincherilla que puso a todos de acuerdo. De destacar es cómo dejaba siempre la muleta muerta para traerse al novillo embebido en los vuelos. Ese fue el secreto. Luego le ponía enjundía, componía muy bien y por eso llegaba a los tendidos como un aire nuevo y revelador.
Más atragantada fue su faena al quinto, pero la resolvió de igual forma. Con soltura, sin importarle que por el derecho rebañase hacia adentro porque por ahí fue por donde le busco las vueltas, porque por el izquierdo el viento le molestaba y no acabó de encontrarse. Y lo fundamental es que sus dos faenas las remató bien con la espada y el premio fue merecido.
David González, de la Escuela de Madrid, tiene el don del temple y tanta suficiencia ante el eral, que pese a sus cara de niño parece que pida ya el novillo. El chaval templa, carga la suerte y se los pasa bien cerca.
Se citó con sus dos novillos en los medios muy colocado para bajarles la mano. Y a los dos los acabó acobardando. Con su primero inició faena en platillo por firmes y estatuarios, para luego liagarlo en un palmo de terreno. Y así hasta que se le fue a las tablas. Allí le busco el circular, pero no el circular de cualquier manera. Primero fue de rodillas, trazando una circunferencia completa y luego con la muleta vuelta y rematando con un farol. Y ahí queda eso. Metió la espada a la primera y pese a los dos golpes de descabello, se acabó llevando la oreja.
Más que torear tuvo el sexto, pero David González sacó quietud, temple y acabó saliéndose con la suya. No le importó que la embestida fuese más descompuesta o que se quedase más corto, y al final acabó rematando los muletazos tan atrás como pudo y buscándole las vueltas con un amplia gama de recursos ya en terrenos de tablas. Su triunfo no fue casualidad.
Antonio Santana, de la Escuela de Málaga, no le cogió de primeras el aire a la tarde y con su primero, el sobrero y eral de más cuajo, no acabó de encontrarse en una larga faena, tanto que acabó escuchando dos avisos por las complicaciones con el descabello. Pero luego tuvo mucho que decir y si no triunfó sí hay que escribir que de los tres, Santana fue quien firmó el mejor toreo a la verónica y los mejores naturales de la tarde.
A la verónica, cargando la suerte, ganando terreno, inclinando el cuerpo hacia adelante, cuajó a sus dos novillos. Buenas de verdad fueron dos que le pegó al cuarto así como la media de remate.
Y por naturales persiguió al mansurrón cuarto, de dos en dos consiguió arrancar ese olé verdadero que origina el toreo. Naturales largos y encajados. Pero sólo dos. Le llega a pegar cuatro seguidos y cuatro, ocho, y tenía más que suficiente. Pero otra vez se olvidó del reloj y le tocaron un aviso cuando todavía no había entrado a matar. La suerte es que solventó.
Y nuestra suerte es que vimos a tres becerristas con mucho de bueno y que dos de ellos, Cristian Climent y David González, se fueron por la Puerta Grande. La Puerta Grande del futuro.
PS: Mañana, novillada con picadores de Los Galos para Pascual Javier, Mario Alcalde y Rafael Cerro, que sustituye a Sergio Flores, herido de gravedad el pasado domingo en Las Ventas.
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