03 julio 2011

jim morrison, 40 años de su muerte

Hace 40 años James Douglas Morrison ((1943-1971), Jim Morrison para el rock, se convirtió en mito y leyenda. Para el rock en esencia, la sociedad de su tiempo y, sobre todo, para las venideras. Su arrolladora personalidad sigue agrandándose y su banda, The Doors, sigue vendiendo discos a montones pese a la crisis de la industria y a unos supervivientes que todavía quisieran estirar todavía más esta gallina de los huevos de oro.

Música y letras no han perdido en absoluto vigencia y desde el mismo Break on trough hasta L.A. Woman son muchas las canciones que siguen repartiendo emociones a flor de piel y más hacia adentro, esas convulsiones internas e irremediables que provoca The Doors y que sin algún día dejansen de provocarlas dejarían de ser lo que son.

En una habitación de un piso parisino y mucha literatura, Jim Morrison murió el 3 de julio de 1971. Tenía la edad del rock. Porque si la edad de Cristo son los 33, la del rock son los 27. Sin duda.

The Doors acababan de publicar su sexto álbum de estudio, L.A. Woman, Morrison con su chica Pam Courson se habían establecido en París para alejarse un poco de todo. Luego literatura y habladurías y el fatal desenlace sobre el que se han lanzado múltiples hipótesis mientras una tumba en el cementerio de Père-Lachaise reza en griego antiguo en griego antiguo 'kata ton daimona eaytoy', algo así como "cada quien su propio demonio". En esencia rock que es lo mismo que decir Jim Morrison.

A quien firma The Doors y Morrison le conquistaron en plena adolescencia. Cuando la permeabilidad es más generosa que nunca en la formación personal y luego tanto se desecha y se queda por el camino. Y ocurrió canción a canción, de forma imparable e imperecera, tanto que han llegado convertirse en referente vital.

Morrison fue icono desde el mismo inicio. Una personalidad labrada entre cientos de vicisitudes y al final libre. Tan necesario como incómodo para casi todos. Revestido de cuero en plena efervescencia hippy, una cultura con la que convivió pero con la que ni por asomo se identificó. Vida al límite, ese fue probablemente su gran compromiso consigo mismo y los demás, uno de los más claros ejemplos de existencialismo vital, desde la más lúcida inteligencia al patetismo de quien se bañó en alcohol y se atrevió con todas las drogas. Poeta al servicio del rock cuando rock lo es todo.

The Doors fueron clásicos desde la misma raíz del blues y a la vez que uno de los referentes esenciales de la psicodelia. Autores probablemente del mejor álbum de debut de una banda en la historia del rock, el homónimo The Doors que vio la luz en el mágico --en lo musical-- 1967. Seguirían cuatro años y seis álbumes en los que Ray Manzarek, Robby Krieger y John Densmore serían la mejor banda para un ser único, histórico, irrepetible e inolvidable: Jim Morrison.

Wild child, full of grace...







1 comentario:

Anónimo dijo...

Doors for ever more.

Un saludo

Paco Diaz