29 agosto 2011

aste nagusia/ diego urdiales, la música callada entre victorinos de interés

28 de agosto, Manolete en el recuerdo siempre. También en Bilbao. En la última tarde de las Generales. Con Victorinos de por medio, que salvó dos borrones --los dos primeros-- el resto tuvo casta, interés y mucho que torear. Buena corrida en la que sólo una vez y de forma ensordecedora sóno la música callada del toreo, sólo entonces fue cuando se sumó a esa sinfonía el homenaje del pasodoble al Monstruo de Córdoba.

Quien hizo sonar la música callada del toreo fue Diego Urdiales de una manera soberbia. Faena sincera, derroche de torería acojonante. Una firmeza bestial, ni un paso atrás.

Diego Urdiales salió con clara disposición en el quinto. Menudo de cuerpo, acabó convertido en todo un gigante metido entre los pitones en los mismos medios de Vista Alegre, y no para arrebatos inútiles; sino para hacer el toreo sobrio y puro.

El segundo de la tarde no le había dado ninguna opción: un albaserrada de malas formas. De esos que tambíén tiene que criar Victorino. Toro encastado que quedó crudo tras provocar un tumbo de caballo y picador en el segundo encuentro. Incierto, mirón y con peligro. Complicado en banderillas. De lidia vieja en la muleta: sobre los pies, no darse coba, doblarlo cuantas más veces mejor y meterle la mano. Dos pinchazos y buena estocada.

Por eso Urdiales debió salir con un nudo en la garganta, con el toreo empujando para brotar en el quinto. Y no se lo pensó. Siempre adelante, siempre en el sitio. De capa cuajó la verónica de salida en brega con esa casta recién levantada. Hacia afuera. Imponiéndose. Bien es cierto que fue el único Victorino que permitió tal lujo, porque el resto recortaron y fueron de andarles para atrás y no plantarse.

Bocatejo, que así se llamaba, negro entrepelado y altón, tuvo casta y pausa. En su salida acometió, tiró cornadas a los burladeros y rompió con tranco y medio de más hacia adelante en la capa.

Muy serio en todo, de movimientos pausados, como midiendo, durmiéndose tras la tela, y por eso exigente. El pitón izquierdo lo cantó en banderillas.

Urdiales dispuesto lo brindó al público. Fue su único gesto a la galería. Lo demás, toreo. La música callada. Vista Alegre apretada, atenta. El torero tranquilo, las plantas hundidas... y brotó aquello: el valor silencioso, la muleta a la diestra, planchada, el toreo sereno, sin retorcimientos, con mando. Lo complicado era templarlo. Embestida que se paraba a mitad y había que llevarlo ligado.

Inicia por el derecho. La primera tanda da con la distancia y deja dos hasta atrás. La muleta plana para meter en ella toda la embestida. Y en la segunda de repente ya estaba entre los pitones. El toque, vacía, pierna adelante y el de pecho. Urdiales había pegado un estirón.

Por el izquierdo, una pelea. La misma actitud y firmeza entre algún enganchón. Complicado de templar. Había que llegarle cada vez más todavía, darle a elegir. Sortear la cornada, bajarle la mano. Y siempre encajado de riñones, ensimismado en aquello: en meter a todo el toro dentro de la muleta.

De uno en uno fue la última en redondo. La cima de la faena. Cruzado y al pitón contrario con el toro a palmo y medio. El toro alrededor de la cintura con gran ajuste, muy largo. Pecho, cintura, brazo, muñeca y los pies agarrados hasta el remate. La plaza entregada: la música callada de Urdiales y el homenaje sonoro a Manolete. Mata y quién sabe. Pero el espadazo llegó a la tercera con la taleguilla abierta de la primera entrada, importante detalle de la verdad de todo aquello. La vuelta al ruedo, indiscutible.

Urdiales volvió a reivindicarse --¿y cuántas veces más tendrá que hacerlo para circular?-- en Bilbao, donde si no se ha convertido ya en un auténtico ídolo, poco le queda.

Quien sí que lo es, es Juan José Padilla a quien cualquier día le ponen un monumento no por su arte especialmente, sino por ser capaz de venir como este año a Bilbao dos veces a matar la de Miura y la de Victorino, o cosas por el estilo una y otra vez y además dar la cara.

Si con el primero no pasó de correcto por ser toro simplón, sin gracia y con marcada tendencia hacia los adentros, con el cuarto de fajó. Padilla en Padilla. Batallador con un Victorino importante, 'Bostecito'. No hubo exquisiteces pero sí entrega y eso Bilbao lo premia. El toro a lo mejor hubiera lucido más con otro sentimiento, pero en Bilbao cabe Padilla como cabe Urdiales y Morante.

Por ambas manos lo templó algo acelerado, pero siempre atento a un toro que trató de sorprender por dos veces. La estocada, algo desprendida, fue más que suficiente. Cortó una oreja.

Otra oreja había cortado del tercero Luis Bolívar, probablemente el victorino mejor de la tarde: 'Mecedor', cárdeno claro, con las puntas para arriba y vareado. Bravo y exigente. Se iba hasta el final y se rebrincaba con genio cuando hacía presa. Bolívar apostó por el pitón izquierdo. Muletazos intensos, enganchados una vez, largos otra, con el toro metiéndose debajo también y hasta sufriendo un desarme. Tres series al natural. En redondo cerró el compás para aprovechar el viaje de forma más técnica, recordando la sobriedad de El Fundi con toros así. La faena entre dos aguas, con toro y torero a la par, se decantó para el premio de la oreja con la buena estocada.

Tras la sinfonía de Urdiales, el sexto, 'Director', también sacó nota por su tendencia para irse arriba. Siempre a más el toro. Pero Bolívar no se cruzó, abusó del cite fuera de cacho y así administró fatal a un toro que por casta fue agrandándose para confirmar que Victorino también había echado una gran corrida de toros seria, exigente y con mucho que torear en el cierre de las Corridas Generales de Bilbao en la Aste Nagusia 2011.

1 comentario:

Anónimo dijo...

impresionnate este torero!!muchos sabiamos de su tremenda calidad.Ayer pego muletazos de antologia!!nada de ventajas!!dando bien el pecho y CON LA PATA PA LANTE!!LA PATA PA LANTE!COMO DIOS MANDA!!
ESTE TORERO TIENE MUCHO GUSTO,EMPAQUE Y UN TEMPLE ESQUISITO!!
Que aprendan los pesaos de el cid,perera,castella,talavante que YA EMPIEZAN A APESTAR!!QUE LES DEN CANCHA A LOS TOREROS BUENOS DE VERDAD!