el día después de la huelga del #29m
Del editorial de El País
(...) Precisamente porque los problemas siguen siendo tan graves como en las
vísperas de la huelga, a nadie interesa que la conflictividad social se
instale de forma duradera ni que los incidentes de ayer —más de un
centenar de contusionados y heridos, alguno de consideración— se
conviertan en moneda corriente. De ahí la necesidad de mantener los
puentes abiertos entre el Gobierno, los partidos y los agentes sociales.
(...)
el rosario de incidentes demuestra que la huelga general no es una
fiesta y que lleva inherente el peligro de la coacción. Los paros
tuvieron mayor incidencia en la industria y en la construcción. Pero el
seguimiento fue escaso en el comercio y en la Administración pública. No
se cumplieron los augurios de los que pronosticaban que esto iba a
acabar “como en Grecia”, y de ello no cabe sino felicitarse y pedir a
los que no paran de echar leña al fuego que actúen con más
responsabilidad.
(...)
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