Esto es lo que cuenta Paco Aguado:
La tarde se iba ya por el despeñadero cuando el sexto fue devuelto a los corrales por inválido, pero, para fortuna de Luque, salió un sobrero de Parladé que, al menos, evitó que el festejo terminara en aquel hondón ambiental y anímico.
De menos a más, como el mismo toro de Parladé tras un inicio titubeante, la faena remontó a medida que Luque se fue centrando con el animal, que no dejó de embestir con nobleza a su muleta.
Con ciertos altibajos por falta de sutileza técnica, el joven sevillano redondeó dos series finales estimables y varios adornos de buen gusto, previos a una buena estocada y a la consiguiente concesión de la oreja.
El dato anecdótico de la faena es que, justo en esos momentos calientes, Luque se enzarzó en la distancia con el director de la banda de música, que fue muy reacio a hacerla sonar y que aún se permitió la impropia licencia de recomendar por gestos al torero de que se limitara a seguir pegando pases.
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