Foto :: Juan Pelegrín
Ojalá, por la Fiesta, todo lo que sucediese, ya puestos, fuera por triplicado. La asistencia, los triunfos, la bravura, la casta, la emoción, la afición. En fin, ya saben: todo lo que tanto se echa de menos y casi siempre por triplicado. Pero de primeras, lo que se antoja es que el ciclo, con sus añadidos, excede a lo económica y moralmente tolerable. No está el horno para bollos, pero quién sabe. El milagro volverá a repetirse. La Feria taurina de San Isidro volverá lograr lo que ningún espectáculo es capaz.
Hay tela que cortar, tanta que como pasa casi siempre uno no sabe dónde va a saltar la sorpresa. Pero casi sin querer --inevitablemente-- los ojos se van a la tarde del 18 de mayo: Alejandro Talavante con seis de Victorino Martín. Es un día de enorme responsabilidad, importancia y expectación. Ni más ni menos la que merece. De eso se ha encargado el propio Talavante, consciente de la necesidad que presenta la Fiesta. Es una de esas tardes que dependiendo de su resultado puede provocar un vuelco en mucho factores.
La tarde de hoy abre con toros de Pereda, que están resultando bastante bien en este escuálido inicio de campaña. Los tres matadores conforman un cartel muy de Madrid --tanto para bien como para mal--, tan de Madrid, que esta temporada los tres ya se han anunciado una vez en esta plaza . Con mejor o peor fortuna. Veremos qué pasa hoy. La historia es la de siempre.
En fin, suerte a todos. A los que vayan a trazar todos y cada uno de los paseíllos de esta isidrada y a los que la vayan a seguir desde el cemento o por la televisión. Amén.
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