07 enero 2014

todos a la vez no

7 de enero. Día por excelencia en el que todo taurino vuelve al cole. Se sienta en su despacho, vuelve a coger un capote y a darse las primeras carreritas para bajar el turrón. Vamos, así fue según los clásicos siempre y por lo tanto también ahora. Qué remedio, nada ha cambiado.

¿Hará, por ejemplo, oídos sordos al comunicado del G-5 Canorea y empezará a pegar telefonazos según esa lista tan subjetiva y personal agenda?


- Venga, hasta luego Enrique, que no veas el día de trabajo que llevo. Esto de ponerse el 7 de enero a currar no se lo recomiendo a nadie. Qué día, ojuuuú. El domingo de resurrección nos vemos. ¿Te lo quieres pensar un poco? Venga, mañana hablamos. No, no te preocupes, que te lo arreglaré muy bien. Y para la otra, una buena fecha. Y si es necesario, pongo a Curro por delante. En farolillos, claro. Sí, sí y recupérate bien. Besos a tu señora. Un abrazo a tu suegro. Adiós, adiós, adiós. Enrique.

- A ver. Ahora: José Antonio, Juli... ¿José Tomás? Uff, no. A Senegal no, mucha tela esa conferencia, que sino no me llega para pagar a los maestrantes estos y la comida de navidad. Qué chispa tengo y lo bien que lo pasemos en la comida, ¿eeh? Venga, va. Ponme con Roberto.

(zuerte, Eduardo)

- ¿Roberto? Hoooombre, Roberto. ¡Feliz año! Soy Eduardo Ca...

(pi, pi, pi, pi, pi...)

- ... Norea... ¿Roberto? ¿Roberto?

- Comunica. Vaya día duro me espera. Voy a tomar un cafelito. Ahora vuelvo, ¿vienes, Ramón?

7 de enero. La fecha en la que los taurinos se ponen a trabajar que es un no parar. Ya es 2014 y tenemos un Plan y todo. Pero la realidad es que no hay nadie capaz de desarrollarlo. Vamos, que lo más importante sigue sin realizarse con un sector totalmente inoperamente más allá de lo básico y necesario: Hacer carteles (y vender entradas), criar toros y torear (lidiar) más o menos bien o mal. Pongan cada actividad en la posición según les plazca. No se me moleste nadie.

7 de enero, nos plantamos (ya no hay remedio) en un 2014 ante el que, como siempre, la Tauromaquia se presenta en pelotas por mucho Plan y Patrimonio que sea. Sin inversión ni plan interno a desarrollar ni forma desarrollada de comunicarse ni de cara al interior ni, mucho menos, al exterior. Aquí las cosas van a hostias o con comunicados escritos a desgana y largos silencios. Ni Rajoy y su plasma lo han hecho peor. Mejor: plasca, plasca.

7 de enero de 2014 y la imagen y proyección de la Tauromaquia sigue en constante retroceso. Nos esforzamos en ello, sin duda. Tanto, que cuando nadie confía en la clase política, ahí están los taurinos jugándolo todo a su carta. Ahora está ahí el Plan, los políticos por una vez han cumplido y vean cómo se han unido las voluntades para desarrollarlo, los taurinos con posibles han puesto de su bolsillo un presupuesto para empezar a navergar, han salido mecenas por doquier y al ver la fuerza demostrada desde dentro del sector, han llegado inversores interesados en remar también a favor de este tesoro, Patrimonio Cultural, oiga, que es la Tauromaquia.

Todos a la vez no. De uno en uno, por favor.

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