FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de València, 11 de marzo de 2014. Tercera de la Feria de Fallas. Seis novillos de El Torreón bien presentados, algo blandos, pero nobles en general. Destacaron primero por encastado y cuarto por lucir mejor clase. POSADA DE MARAVILLAS (vuelta al ruedo por su cuenta; palmas), ÁLVARO LORENZO (silencio; palmas tras aviso) y CRISTIAN CLIMENT (ovación tras dos avisos ; una oreja). Se desmontera Montoliu en el tercero. Al romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004. Sobre un tercio de aforo (sobre 4.000 personas). [FOTOS :: JESÚS CAMACHO] |
Novillada pareja de El Torreón. Bien hecha sobre todo y un conjunto con posibilidades. Blanda, pero con fondo de nobleza. Y hasta hubo alguno, como ese primero, capaz de desbaratar toda idea preconcebida en el hotel, el campo o más allá: en los mismo cimientos de la neotauromaquia. Novillada de garantías decían, y por eso debió ser el paripé bueno que le trataron de colar al palco haciendo como si Anderson Murillo --casi nadie al aparato-- picara pero no. Hasta por dos veces se la trataron de colar al presi. De quién será la culpa de que el novillo blandeara. Pues no lo sé. Pero el palco y el reglamento que dice que son dos varas en plaza de primera seguro que no la tenían. Posada y sus consejeros a la tercera no tuvieron más remedio que señalar al menos y hacer sangre. Y más que tuvieron que hacer. Luego el novillo sacó raza, se vino arriba, la neotauromaquia sin picador se vino abajo y no hubo más que confirmar el petardo.
El del Torreón, recrecido, embistió como un tejón. Con celo e intensidad, sin el aplomo que no le dieron en el peto y que tampoco encontró en la muleta del risueño Posada de Maravillas. Punteaba 'Razonable' --que así se llamaba- y alcanzaba con facilidad las destempladas y veloces telas de Posada. La razón del toreo, por contra, no asomó en ningún momento. La buena estocada tapó aquello y le valió para darse una vuelta por su cuenta. Y así va esto.
El fresco y la humedad calaban ya cuando el colorado cuarto, con hechuras de toro de tercera, se llevaba de salida una ovación. Novillo largo, fino, con cuello. Noblón y con esa raza justa. Sin finales la embestida o sin acabar romperse: salía de cada suerte sin apretar ni demandar el siguiente, dejando estar que se dice e incluso se exige. Pero Posada no caló. Sus Maravillas tampoco. Predominó la superficialidad y así acabó por desaprovechar el lote de la tarde, dos torreones de maravilla, como para postularse a las más altas cotas del toreo.
Álvaro Lorenzo es un tío cabal. El arrimón que se pegó con el quinto es para tener en cuenta. Novillo con cosas de bravo, pero que acabó muy parado. Pese a lo alto que fue, metió siempre bien la cara y empujó con clase en el peto. Lorenzo se puso para torear en redondo sin más probaturas, pero aquello le duró tanda y media. Con capacidad para pensar, argumentar y seguir diciendo, se metió entre los pitones en serio arrimón. Resolutivo y capaz para trascender al público vendiendo lo justo. Firmeza, ajuste y temple. Por la espada se le fue toda opción de triunfo. Pésimo el manejo; la mano siempre se la deja atrás.
El lamento de la espada vino ya con el primero su lote. Novillo algo más terciado, pero de buen aire, aunque de efecto tardo y con un tranco de menos. Álvaro Lorenzo no dudó. Pisó el sitio donde embisten y cimentó faena con méritos de ser reconocida si no llega a fallar a espadas.
Con ese novillo Cristian Climent rompió los nervios en un quite templado y gustoso de verónicas y media. Novillero por pulir, novillero por definir, novillero con afán de triunfo. Novillero en fin, que debutaba con picadores. ¿Cómo es Climent? Digamos que listo y que además cuenta con un pueblo, El Puig, que lo quiere un huevo. De ellos, de Climent y los 'pucheros' es la culpa de que un martes así hubiera un tercio bueno en la plaza.
Climent tocó pelo en el sexto con el empuje de todos y esa listeza que le lleva a encontrar toro donde sea. Y por poco lo logra en el tercero. Un novillo castaño bien comido y que Carretero rompió adelante con la capa. Por cierto, un Carretero que ayer era más que subalterno: casi-casi apoderado. Climent ganó el pitón contrario, se anticipó con la muleta y robó varias series con carácter y de rápido efecto en los tendidos. Los aceros impidieron mayores alegrías. Fue en el sexto, noble y rajado, yendo de acá para allá. Estuvo listo para sumar muletazos y para meter la mano. Arrancaba la única oreja de la tarde. Y lo tuvo que hacer el que debutaba con picadores en tarde de torreones de maravilla, propiedad de don César Rincón. Pedazo de torero. En otros tiempos y siempre.
FOTOS :: JESÚS CAMACHO
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