Bravo de verdad tal vez sólo haya uno, con una pizca de bravura algunos más, encastados y emocionantes hay varios, como también enclasados o con un temple especial. Son once toros --8 toros y 3 novillos, y solo a dos de ellos se les cortaron las dos orejas-- que le han dado buenos argumentos a las pasadas Fallas y que todavía seguimos analizando.
1. Copito, de Victoriano del Río. Fue lidiado por El Juli (una oreja).
Tiene casta y bravura en los riñones. Por ahí embiste y por ahí le da al caballo una vuelta de campana: aprieta de riñones de verdad, con entrega. Igual que embiste. Un toro bravo, no hay más. De bravura atemperada. Por las dos manos.
2. Cantaor, de Victoriano del Río. Premiado con la vuelta al ruedo. Fue lidiado por Jesús Duque (dos orejas).
'Cantaor'. Recrecido en su casta y poder, el Victoriano se vino a galope, espectacular, como un tejón, fuerte con la intención de merendarse la muleta de Duque. (...) 'Cantaor' empezó a salir con la cara alta en un final confuso, con la gente pidiendo el indulto de tan encastado toro --bravo, más bravo, fue el anterior, 'Copito'--, pero Duque al final se volcó, enterró el acero y se le concedieron las dos orejas. La vuelta al ruedo al toro.
3. Taponcito, de Garcigrande. Lidiado por José María Manzanares (una oreja).
se hizo presente un tal 'Taponcito' muy bajo, más descaradito de cuerna que ninguno y con gestos de bravo. Como derribar por los pechos al piquero y encelarse con fijeza al segundo encuentro. El castaño oscuro estaba más apretado de carnes, con un tren delantero más cargado y ese punto de raza palpable que lo hacía repetir con codicia. Manzanares cimentó la faena sobre la diestra, con ligereza, al son del 'Taponcito'.
4. Gerifalte, de Jandilla. Lidiado por Iván Fandiño (una oreja).
Serio, hondo, bajo de manos y de carnes bien apretadas y repartidas, cuajando toda la antomía. (...) El mando a derechas, dejándose venir de largo la embestida, luciéndola, confiándola, fue cada vez más rotundo. Ajustado siempre. El temple era del todo perceptible porque la embestida no se salía del muletazo por mera iniercia. Una tanda con la izquierda, pese a algún enganchó, tuvo profundidad. El toro no se acabó nunca de entregar. Los pitones muchas veces sueltos pasaron a milímetros de los muslos, de la barriga.
5. Relatero, de Núñez del Cuvillo. Premiado con la vuelta al ruedo. Lidiado por Daniel Luque (dos orejas)
'Relatero' fue el clavo ardiendo a que en lo de Cuvillo no está todo perdido. La nobleza pastueña y la embestida uniformemente repetitiva y más o menos entregada a una muleta tan sedosa como aliviada fueron excesivamente reconocidos.
6. Víbora, de Fuente Ymbro. Lidiado por Joselito Adame.
Vibrante fue Víbora. Encastado, con motor. De buena reata le viene al fuenteymbro. Toro más terciado. Fuerte por delante, escurrido de atrás. En negro. Con pies, escarbador. Faena de distancias, con abuso de la diestra. Ligazón y repetición, pero sin saltar las chispas.
7. Luminoso, de Zalduendo. Lidiado por Miguel Ángel Perera.
'Luminoso', que hizo segundo, que por momentos lució la mejor embestida de las Fallas. Como planeando, hocicando, girando la cara según marcan los vuelos. Casi casi como demandan las figuras, y encima con ese toque pastueño tan edulcorado. Toro bajo, apretado, con expresión para embestir apuntamos de primeras.
8. Carpintero, de Adolfo Martín. Lidiado por Javier Castaño.
Aires toscos, altivo de salida el tercero, como era: largo de manos, sin bajar la gaita. Pésimas formas, la mirada por encima de los burladeros, a la altura de la esclavina. Como para no dar un duro por él. Más todavía después de un tercio de varas poco efectivo que hirió muy atrás. Pero el capote de Marco Galán fue mano de santo. Venía el toro y lo enganchó por los vuelos y el bruto que hacía cosas de buey, descolgó, tomó las telas y embistió. Cosas del toro de casta.
9. Manijero, novillo de El Parralejo. Premiado con la vuelta al ruedo. Lidiado por Francisco José Espada (una oreja).
'Manijero' le ofreció todas las opciones. Un novillo a más, que embistió siempre por abajo, entregado, planeando intenso. Como un descosido, pero con ese temple que mejor administra la bravura.
10. Razonable, novillo de El Torreón. Lidiado por Posada de Maravillas.
el novillo sacó raza, se vino arriba, la neotauromaquia sin picador se vino abajo y no hubo más que confirmar el petardo. El del Torreón, recrecido, embistió como un tejón. Con celo e intensidad, sin el aplomo que no le dieron en el peto y que tampoco encontró en la muleta del risueño Posada de Maravillas. Punteaba 'Razonable' --que así se llamaba- y alcanzaba con facilidad las destempladas y veloces telas de Posada.
11. Miedoso, novillo de Daniel Ruiz. Lidiado por Jorge Expósito (una oreja)
'Miedoso' fue el tercero. Algo paletón de cara, muy justo de trapío y de carnes, pero de formas excelsas al tomar muleta y capotes. Lo cantó de salida y lo más importante, lo mantuvo hasta el final. De hocico pegado a la arena. La casta, una pizca de bravura. Expósito lo enganchó y corrió la mano con acierto y mostrando la sobriedad de su concepto de compás abierto, suerte cargada, sin volver la cara y yendo a más
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