16 mayo 2014

#sanisidro14/ el chasco de una jandillada a contraactitud

Jandilla frenó a Fandiño y Adame con una corrida desigualmente apretada de carnes, basta, gorda y bruta en las formas, de raza nada agradecida. Nada que ver las formas en la plaza con las fotos del apartado. Un chasco, aunque lamentablemente previsible, el contenido. Una corrida a contraestilo, o mejor: a contraactitud del vasco y el azteca.


Fotos :: Juan Pelegrín - Las Ventas |

Iván Fandiño se acercó el que más a lo buscado en una faena inteligente de pulso y temple al castaño quinto, que, sobre todo, se vino siempre, pero siempre se quiso también ir. Lo sujetó Iván de Orduña sin que apenas el animal tuviera tiempo de enterarse. Ni una probatura y de repente el jandilla se había tragado dos series en redondo. Firme y encajado, poniendo todo en aquello. Dejando volar la zurda, bajando la mano poderoso en dos tandas en redondo. Una prueba para ver por dónde salía aquel y tratar de darle profundidad a una faena que llegaba al tendido. La manoletinas al epílogo y el fallo a espadas. El trofeo se perdió.

A punto estuvo de llevarse la cornada frente al inválido segundo. Calidad hueca y tambaleante. Fandiño dio ejemplo de dignidad y torería. Obligado ponerse por ambas manos. Por la zurda tres naturales ya con todo el pescado vendido le picaron a buscar otros tantos y así el milagro. Pero la voltereta seca llegó cuando menos debía. El pitonazo no hizo carne. Una suerte. Pero los toreros son así.

Joselito Adame creció y escaló embestida a embestida frente al tercero. Quimera de torero en sazón. El apretón fue considerable. Donde el viento lo dejó, en los terrenos de donde siempre (el 4-5-6), allí logró tras varios desarmes apoderarse del viaje siempre desigual del toro y trató de ordenarlo como pudo. Destacó una serie sobre la diestra. Se hizo también amo de los terrenos, ya entre los pitones. La estocada, cobrada con entrega. El sexto fue un ciqueño basto y bruto que no.



El Fandi ejerció de comparsa. La dejadez y poco fondo de los jandillas le vinieron al pelo. En cambio, Fandiño y Adame seguro que todavía los están maldiciendo por desclasados y descastados. El público y la afición que casi llenaba Las Ventas, seguro también. Para que luego se diga. Si no hay toro...

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