08 octubre 2014

varea y el indulto del novillo 'quejoso' de los maños en zaragoza





Vía :: El toro de la jota |

Aplaudido de salida aparecía "Quejoso", tercero de la tarde. Dos puyazos. El segundo, arrancándose de lejos. De bravo. La sensacional larga de Varea en la réplica descubrió las virtudes del novillo. A la altura de ese gran primer tercio estuvo Alfonso Carrasco con los palitroques, seguramente el mejor banderillero de este ciclo pilarista.
La faena fue un hervidero desde el minuto cero. Hasta el de Ariza aplaudía desde su localidad del cuatro. Y Bruno, desde la ría de Bilbao. Una locura. El temple como manifestación artística. Varea bordó el toreo. Y Quejoso que seguía embistiendo. En la contraquerencia. Sin atisbo de mansedumbre. Poncinas para cerrar el manicomio. La cosa tornó en tal esquizofrenia que la turba pidió el indulto sin remisión. El presidente aguantó hasta que pudieron sus hombros y porque el novillo no paraba de embestir en los terrenos equidistantes a los toriles. Y sacó el pañuelo naranja contra la voluntad de unos pocos y la alegría de la mayoría. Los exquisitos dirán que no era de indulto, pero existen multitud de razones para perdonar la vida a Quejoso. Entre otras, porque no hizo absolutamente nada de manso. Todo de bravo.

7.10. Zaragoza. Resumen (2) por Cultoro

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